La variante ómicron del coronavirus es altamente contagiosa, pero la mayoría de positivos pasa la enfermedad en casa. Es más leve y sobre todo entre los vacunados. Por ello, muchos piden cambios en la manera de relacionarnos con el virus para que la economía no se resienta.
Al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer le escuchamos defender que la gestión de la pandemia debe guardar un equilibrio entre salud pública, salud mental y crecimiento económico.
La política toma medidas con los datos actuales: cierres, confinamientos y prohibiciones. "No vale para nada, porque los contagios están produciéndose en todas partes", ha explicado el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Cada vez son más las voces que piden la reflexión: ¿Qué tenemos que priorizar? ¿La economía y la salud mental o la pandemia? "La normalidad tiene que volver, si no nos vamos a volver locos", explica una mujer. "A nivel mental nos está desgastando a toda la población", señala otra joven.
La economía mueve a un país, hay sectores seriamente tocados. La salud mental suele ser invisible, pero hay quien no soporta un minuto más el alejamiento. Según los psiquiatras, hay que ser "cautos con las restricciones, ya que tienen un efecto colateral".
Eso sí, a la vez, la pandemia sigue causando estragos en ciertos sectores esenciales. Bomberos, policías y Samur con plantillas mermadas. Centros de salud saturados, PCR, antígenos, bajas laborales que ya piden que te autogestiones desde la distancia. Tenemos ya 12.000 autónomos de baja. El equilibrio, complicado y más en medio de unas fiestas que ya se han visto alteradas.