El día a día de los funerarios sin vacuna: "Hay muchas familias que te dicen 'no es covid, tranquilo'"
Solo en Aragón, Madrid y Cataluña contemplan vacunar a funerarios
"Vivimos asustados cuando nos dan un servicio y dicen 'no parece covid'"
"Estamos indefensos, ni las familias saben que el fallecido tiene covid19"
Conductores de ambulancias, cajeros de supermercados e incluso empleados de hostelería. La lista para vacunarse aumenta conforme avanza el tiempo de pandemia y los trabajadores de la salud, sean de primera o segunda línea, demandan una inyección inmediata. Los últimos sanitarios en recibirla han sido los farmacéuticos, pero existe un colectivo que desde hace meses pone el grito en el cielo por el riesgo que corren frente al coronavirus.
Funerarios de numerosas comunidades autónomas aseguran estar hartos de que no se les tiene en cuenta en la estrategia de vacunación. Consideran su colectivo fundamental y de primera línea: recogen todos los días muchos fallecidos por covid en hospitales, residencias e incluso en los domicilios, en los cuales, en algunos casos, están todos los familiares sin mascarilla.
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"Llevamos mucho tiempo pidiendo la vacuna"
El presidente de la Asociación Española de Servicios Funerarios (Aesprof), Fernando Alcón, ha denunciado este martes en Informativos Telecinco que "parece que el sector funerario no importa". "Parece que no se nos escucha, o que no se nos quiere escuchar. Llevamos mucho tiempo pidiendo la vacuna a las comunidades autónomas. Parece ser que hay reticencias a hablar del mundo de los muertos", destaca sobre la situación del sector.
Hasta ahora, solo Aragón, Comunidad de Madrid y Cataluña contemplan incluir a los profesionales funerarios en los grupos prioritarios de vacunación (segunda etapa de la estrategia del Gobierno). Cantabria y la Comunidad Valenciana podrían ser las siguientes. A diferencia de la primera ola, ahora se enfrentan al virus con los equipos de protección individual necesarios, aunque en esta tercera el volumen de fallecidos sigue alarmando, según Alcón.
Alberto Leyte, trabajador en una funeraria de Salamanca, pone de manifiesto la preocupación de los funerarios españoles, en este caso en Castilla y León. Denuncia que "todavía no se les ha dicho nada" sobre cuándo se vacunarán, cuando ellos han estado siempre en primera línea de batalla.
"Vivimos asustados cuando nos dan un servicio y nos dicen 'parece que no es covid'. Parece que no... Hay muchas familias que te dicen 'no es covid, tranquilo'. Luego, una vez recogemos al fallecido y vamos al centro de salud, acudes a realizar el certificado de defunción y refleja que es covid, o posible covid, por las causas de la muerte. Somos los olvidados de todo esto", destaca Alberto.
Se exponen como pocos al contacto con fallecidos por covid o asintomáticos
En cada desplazamiento emplean, en muchos casos, hasta media hora en un espacio cerrado donde no saben qué medidas preventivas se han tomado. Se exponen al contacto directo con aerosoles y secreciones de personas que podrían ser asintomáticas.
"Estamos indefensos, ni la familia sabe que el fallecido tiene covid. Al estar en su casa, si están de duelo por haber perdido a un ser querido, puede que no tomen todas las medidas en un momento determinado. Es una situación muy compleja", añade el funerario.
La ventilación, en muchos casos, no es ninguna. "El fallecido puede estar en cualquier lado de la casa y lo intentamos hacer rápido, pero también debemos facilitar datos a la familia sobre a qué tanatorio deben ir o cómo va el protocolo que van a utilizar, además de las despedidas. Tratamos de protegernos todo lo que podemos. Epis, doble mascarilla, gafas, todo lo que podemos...", detalla el profesional sobre su labor.
"Nos incluyeron como sanitarios desde hace dos años. Me parece bien que se priorice la vacuna, pero también nosotros corremos mucho riesgo. Recogemos fallecidos por covid todos los días. He tratado de ponerme en contacto con la Consejería de Sanidad pero no recibo respuesta", destaca Alberto.
El funerario salmantino denuncia que su familia y su entorno están preocupados por él, pese a que toma todas las medidas de prevención. Creen que su profesión requiere la vacuna frente a la covid, además de más material de protección: de dar positivo podría contagiar a sus seres queridos, al igual que un médico, y tiene que regresar a su hogar cada día.
"A nosotros nos hicieron un test en marzo del año pasado, no nos han hecho más. En verano, me fui con mi mujer y me preguntó por qué no me hacían otro. Al acudir al centro sanitario, me dijeron que no correspondía, que si lo quería tenía que ser pagando en una clínica privada", comenta Alberto.
"En nuestra casa, lo nuestro es una obsesión continua. La necesidad agudiza ingenio: en la entrada de mi casa tengo la 'zona de cuarentena para que la ropa y todo lo que te hayas puesto no entre para dentro. Pero claro, la vacuna aumenta la seguridad", añade respecto a su vida diaria. La inoculación de los funerarios, explican desde Aesprof, sigue siendo un "tema bastante lioso" pese a los anuncios de las autonomías que ya lo consideran.