El estado de alarma decretado por el Gobierno español tiene afectaciones en Andorra, ya que quedan restringidos los movimientos a la frontera hispano-andorrana, aunque no comportará "ningún tipo de cierre de las fronteras", según ha informado este domingo en rueda de prensa el ministro portavoz, Eric Jover.
Así, los movimientos que preocupan en Andorra están garantizados: la movilidad de los trabajadores transfronterizos, la repatriación de ciudadanos y residentes, los viajes de carácter sanitario y las mercancías, ha dicho.
En este sentido, el suministro de productos de primera necesidad no se verá afectado, por lo que el Gobierno del Principado insiste en hacer un "uso responsable" de las compras y establecimientos comerciales. Así, el Gobierno ha aprobado un nuevo decreto para limitar la compra de tabaco y alcohol a los residentes para reducir el tráfico, especialmente por la frontera franco-andorrana.
"Se trata de reducir al máximo la movilidad de las personas", ha explicado el ministro de Salud, Joan Martínez Benazet, para evitar picos de afectados por el coronavirus que puedan colapsar el sistema sanitario. Martínez Benazet ha informado de que se suman seis positivos por COVID-19 en Andorra desde el inicio de la epidemia y que se cuenta un centenar de personas como contactos de positivos en observación.
El primer positivo fue el de un joven de 20 años que enfermó regresando de Milán y que recibió el alta el 8 de marzo; el segundo se confirmó este jueves: una mujer de 87 años, que evoluciona favorablemente.
Este domingo se ha confirmado que la hija de esta mujer ha dado positivo por COVID-19, y que posiblemente contagió a su madre y a su hermano --que también ha dado positivo--; su marido ha obtenido un resultado no concluyente, pero había presentado síntomas, según el ministro de Salud.
También han dado positivo un turista madrileño y una trabajadora del Servicio Andorrano de Asistencia Sanitaria (SAAS); hay ya más de dos decenas de profesionales sanitarios en cuarentena, 14 como contactos de la octogenaria y su hija y otros siete por un paciente que fue tratado por un infarto y que ingresado en un hospital de Catalunya ha presentado síntomas y dado positivo por COVID-19.
Así, Martínez Benazet ha anunciado que a partir de ahora las sospechas y casos leves serán tratados a domicilio --"un 80% de los casos serán banales"-- con lo que si se presentan síntomas se deberá llamar al médico de cabecera.
Si los síntomas son graves, como fiebre alta o ahogo, se deberá llamar al 116; tanto en un caso como en otro un equipo sanitario realizará una visita a domicilio y determinará si se requiere el ingreso hospitalario.