Las familias con niños y niñas que sufren parálisis cerebral, menores y jóvenes que no pueden llevar mascarilla y que están indefensos, advierten de su riesgo enorme frente al coronavirus
Todos ellos dependen por completo de los cuidados de sus madres y padres que piden que se les vacune y ser vacunados cuanto antes, no como un privilegio sino por absoluta necesidad.
Según ha indicado la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, la vacunación del colectivo de grandes dependientes y sus cuidadores se pondrá en marcha a finales de esta semana o a principios de la siguiente, una vez se defina qué pacientes pueden desplazarse a los centros de salud y cuáles tienen que recibir la vacuna en su domicilio.
"Entendemos que bien a finales de esta semana o como muy tarde a principios de la semana que viene ya se empezará a vacunar, tal y como estaba previsto, al grupo 4 de grandes dependientes junto con sus cuidadores por parte de Atención Primaria", ha declarado Andradas tras explicar que ahora mismo están definiendo cuáles son los que pueden desplazarse y los que no.
Este grupo de población se vacunará con dosis de vacunas de ARNm (Moderna o Pfizer) o con la de AstraZeneca, en función de la edad de la persona, ya que esta última se administra a los ciudadanos de 18 a 55 años.
El grupo de grandes dependientes (grado III) incluye a personas que precisen de ayuda para realizar actividades básicas, por pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial.
La Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace) ha asegurado, en el informe 'Impacto y sobrecoste económico del COVID-19 en las entidades Aspace en 2020', que la pandemia del coronavirus ha dejado una factura de más de 9.000.000 euros a las asociaciones de parálisis cerebral.
"Ya llevamos un año haciendo grandes esfuerzos y los apoyos que hemos recibido han sido escasos. Esto nos está llevando a una situación límite y no existen alternativas a la atención que prestan nuestras entidades para las familias con grandes necesidades de apoyo", ha dicho la presidenta de Confederación Aspace, Manuela Muro.
En concreto, el documento cifra el sobrecoste económico de las 85 entidades del Movimiento Aspace en 9.3331.031,41 euros; con una media de 196.776,84 euros por entidad; 46.433,19 euros en inversiones iniciales de equipamiento y adaptación de servicios y 63.343,65 euros en el mantenimiento posterior.
"Partíamos ya de un déficit medio de financiación del 12 por ciento en relación con el coste de servicio, y las ayudas recibidas para paliar los costes de COVID-19 en general han sido escasas e insuficientes", ha detallado Muro.
De hecho, el informe señala que el 9,5 por ciento de las entidades han recibido alguna financiación privada, con un importe medio de 10.500 euros; el 33 por ciento ha obtenido ayudas públicas por una cuantía media de 10.481,13 euros por entidad; y el 14 por ciento de las asociaciones han accedido a otras ayudas privadas con un importe medio de 14.010,89 euros por entidad. En total, las ayudas recibidas han logrado cubrir el 1,52 por ciento de los sobrecostes que el Movimiento Aspace ha enfrentado.
La evolución de la nueva normalidad no parece halagüeña para los derechos de las personas con parálisis cerebral, su calidad de vida y su inclusión social. Tras estos términos, que bien pueden parecer ya manidos dándose por sentados, lo cierto es que la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la fragilidad de cualquier conquista social, en especial de las que mejoran las vidas de los colectivos más vulnerables.
Las entidades Aspace reclaman mayor apoyo e implicación de instituciones públicas y privadas para no dejar de lado a las personas con parálisis cerebral y sus familias. "Mientras, no contemplamos abandonarlas, ni dejar de apoyarlas: el 52,4 por ciento de las entidades prevé incrementar su endeudamiento, el 47,6 por ciento se verán obligadas reducir horas de atención y solo el 28 por ciento valora eliminar servicios, conscientes de su carácter esencial de soporte para las personas con parálisis cerebral y sus familias. Comprendemos el contexto en el que vivimos", ha zanjado la presidenta de Confederación Aspace.