El último balance epidemiológico recoge este viernes un nuevo descenso de la incidencia, que se sitúa en 3.078,47 casos por 100.000 habitantes en el acumulado a 14 días, es decir, 60,98 puntos menos que el día previo.
Los contagios, así como las muertes por covid, no obstante, siguen dejando cifras muy elevadas, con 118.922 nuevos casos y 199 decesos más en el último balance, pero que la incidencia lleve cinco días seguidos en descenso ha llevado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a dejar una afirmación rotunda: “Todos los datos apuntan a que hemos doblegado la curva”, ha dicho.
La ministra, –que también se aferra al descenso de los valores relativos a la presión asistencial, con los porcentajes de ocupación de camas convencionales de hospital y camas de UCI bajando (se sitúan en 14,75% y 21,77% respectivamente)–, considera así que ya estamos en el principio del fin de la sexta ola, pero distintos expertos, al contrario, rebajan el optimismo con un jarro de agua fría.
“No dejan de ser descensos muy modestos. Que al menos no nos instalemos en una especie de diente de sierra en el que vayamos oscilando alrededor de una especie de meseta”, apunta Quique Bassat, epidemiólogo del Instituto de Salud Global.
Desde hace 10 días la incidencia ha descendido 168 puntos, pero estamos en más de 3.000 casos de incidencia, es decir, ocho veces más que en diciembre (381 casos por 100.000), cuando ómicron explosionó.
“Debemos ir prudentemente y despacio. También hay que advertir de que es posible que podamos volver atrás”, señala por su parte Pere Domingo, coordinador covid del Hospital de San Pau
Preocupa también que este descenso puede estancarse por la propagación de la nueva subvariante de ómicron: la llamada variante silenciosa. Según algunos expertos, es más contagiosa y ya está entre nosotros.
“La gravedad de su infección es similar al ómicron, pero tiene una ligera mayor infecciosidad”, subraya Mario Margolles, coordinador de la Dirección General de Salud Pública de Asturias.
Madrid, Cataluña y Baleares han sido las primeras comunidades en detectar casos de la "ómicron sigiliosa" (el sublinaje BA.2).
En este escenario, el consejo de los epidemiólogos es claro: prudencia.
Recogiendo ese testigo, el País Vasco precisamente va a prolongar las restricciones hasta mitad de febrero. Los aforos estarán al 60% y los cierres a la 1 de la mañana, pero no todas las CCAA han optado por ir despacio en la desescalada.
Aunque se anhela una mayor normalidad, los expertos, no obstante, abogan por esperar más hasta relajar las medidas.
Según Quique Bassat, aunque la tendencia es “positiva y esperanzadora y esperamos que se mantenga en el tiempo, no podemos permitirnos no seguir bajando de forma mantenida”. Los descensos que experimentamos ahora, recalca, “son modestos comparados con el ritmo de subida de la curva”. Por eso, el mensaje es claro en lo que respecta a no bajar la guardia.
“Tenemos cifras de muertos diarios de tres dígitos y eso es muy mala noticia. Ahora estamos en una situación mala en esta sexta ola en cuanto a número de muertes. No es momento para la relajación”, insiste Bassat, quien incide en que “el problema es que llevamos un mes hablando de buenas noticias... y así es muy difícil que la sociedad entienda que todavía estos cambios son inseguros y hay que seguir esforzándose”.
“Todavía estamos lejos de que esta sexta ola sea historia. Hay que seguir con medidas de prevención hasta que el descenso sea más pronunciado”, subraya, en unas palabras que rebajan la posibilidad de interpretar las palabras de la ministra de Sanidad con todo optimismo.
“Mientras la presión asistencial siga siendo tan importante no es momento para celebrar nada”, subraya, y vuelve a insistir: “Aún no es momento de abandonar restricciones y hacerlo a la ligera como parece que se está haciendo. Hay que ser muy cautos, todavía no es momento de abandonar muchas medidas, pero hay presión social y política*.
En la misma línea, el doctor Pere Domingo apunta que “seguro que es cierto en cuanto a los números que se manejan de infectados” que la curva empieza a doblegarse, “pero otra cosa es que esto tarda en reflejarse en los hospitales”. “Siempre hay un desfase”, recuerda.
Lo sabe bien el coordinador covid del Hospital Sant Pau, que expone el caso de este centro señalando que ahora mismo siguen teniendo una importante cifra de hospitalizados. En total 116, con 23 en UCI. “Es todavía un volumen difícil de manejar. En esta última semana la tendencia ha sido una meseta. Nos hemos mantenido durante toda la semana gracias a que se van dando altas diariamente. Hoy 15 altas”, ha explicado.
Respecto a los perfiles de los ingresados, precisa que fundamentalmente son tres: “Los que ingresan por otra patología y se les detecta covid; otro sería personas de 60-70 años vacunados; y el perfil de 40 años que no se ha vacunado, el cual es el mayoritario en UCI”.
Así, en este escenario, Pere Domingo señala que “tal como están las cosas, aunque los números están en descenso se debe imponer la prudencia”. “Hay que ir quitando medidas si es el momento, poco a poco, y advertir de que es posible que podamos volver atrás por algún repunte”.
En este sentido, culmina haciendo un llamamiento a la vacunación y a la tercera dosis.