¿Tienen miedo los españoles a vacunarse? La respuesta es no, o al menos no tienen más miedo que el resto del mundo. De hecho, el 67% de los españoles se muestra abierto a ponerse la vacuna si se considera segura y efectiva, frente al 28% que lo rechazaría, según los resultados de la Encuesta Mundial de Final de Año, en la que un año más participa España a través de Sigma Dos. Son ratios que reproducen exactamente la media mundial, donde también un 67% de la población de los países participantes en el estudio están dispuestos a vacunarse, frente a un 28% que no.
A esta opinión está ayudando de manera significativa voces de la ciencia como Margarita del Val del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), que ayer mismo dejó claro en una ponencia que "hace falta que sigan surgiendo vacunas", cada vez mejor diseñadas, para hacer frente al coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, y ha señalado que, aunque tanto la inmunidad inducida por las vacunas como la "natural" protegen del virus, ella "prefiere" una vacuna que le va a proteger "sin riesgo" frente a una enfermedad con un 1 % de mortalidad en España.
Margarita del Val señala que en los próximos meses se comprobará si las vacunas son efectivas para conseguir que se logren evitar los contagios. "Por ahora, vacunados y no vacunados tenemos que mantener las medidas de contención". Tampoco se sabe por ahora si las vacunas "protegen de la muerte", algo que se conocerá "en muy poco tiempo", cuando haya algunos millones de personas vacunadas. Pero a día de hoy son la gran esperanza contra el virus.
En este sentido, expertos han criticado la falta de "pedagogía" y "compromiso" por parte de Sanidad y de los gobiernos de las comunidades autónomas para desmentir bulos y mentiras que circulan por la red sobre la vacuna contra la COVID-19 y su seguridad y que generan dudas, alarma y corrientes reacias a un medicamento esencial en la lucha contra la pandemia.
Que producen infertilidad, alteraciones cromosómicas, enfermedades autoinmunes o que unas generan efectos secundarios perniciosos son algunas de las cuestiones que han desmentido expertos como el catedrático Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, César Nombela Cano; el coordinador de la plataforma Salud sin Bulos, Carlos Mateos; o la divulgadora científica y sanitaria, Marián García.
Pese a estos bulos, magnificados en las redes sociales, la encuesta de Sigma Dos deja claro que los españoles estamos en este asunto casi en línea con los italianos: donde el 64% de la población afirma que lo haría frente al 28%. En Alemania, el país donde se ha creado la primera vacuna anti-covid19 que se está administrando en toda Europa, el porcentaje dispuesto a vacunarse baja al 57%, diez puntos menos que en España, frente a un 30% que rechazaría hacerlo. En Austria la reticencia a la vacuna es mayor: un 49% se la pondría frente a un 38% que en principio no lo haría, superados por los búlgaros, donde solo un 42% se pondría la vacuna, frente a un 36% que rechazaría hacerlo. Los más dispuestos a inmunizarse son los finlandeses: un 77% de la población frente a un 12%. En Reino Unido, un 74% lo hará, frente a un 13%.
Pero si en nuestra disposición a vacunarnos de la covid-19 los españoles estamos en la media mundial, nuestra sociedad da un perfil sorprendentemente diferente al del resto de países cuando la pregunta es si considera que la pandemia ha modificado -a favor o en contra- su disposición a vacunarse en general. De manera muy mayoritaria los españoles consideran que la pandemia no ha cambiado sus actitudes hacia la idea de vacunarse de esta o cualquier otra enfermedad: hasta el 71% así lo expresa, frente al 22%, que indica que tras esta pandemia es más proclive a las vacunas en general, y el 5%, que afirma haberse sentido influido en sentido contrario, siendo menos favorable a vacunarse.
Tan es así, que de los 47 países de todos los continentes donde se ha llevado a cabo el estudio, somos la población que más afirma no haber cambiado, a raíz de la pandemia, su opinión -ni a favor ni en contra- sobre la idea de vacunarse en general. Estamos, además, muy lejos de la media mundial, donde un 28% afirma que su opinión sobre las vacunas es la misma que antes de la pandemia, frente a un 50% se muestra más proclive a vacunarse de cualquier enfermedad tras la crisis de la covid19.
Aunque afirmamos no haber cambiado de opinión sobre la idea de vacunarnos, sin embargo, un 58% de los españoles sí cree que la covid-19 nos ha hecho más proclives, en algún grado, a las vacunas. Es decir, individualmente, afirmamos no haber cambiado de opinión, pero sí creemos que el resto de nuestros compatriotas lo ha hecho, en un sentido más favorable a vacunarse después de la pandemia. O sea que no lo reconocemos pero es más que probable que la pandemia nos haya dejado más claro la importancia de las vacunas y de la ciencia.
En un cómputo global los negacionistas son minoría. Más de dos tercios de las personas en todo el mundo dicen que se administrarían una vacuna contra el covid si está disponible y se considera segura y eficaz. Por el contrario, un cuarto lo rechaza. Menos del 10% duda al respecto. Entre las regiones y las grandes naciones, las personas en India (85%) y Asia (hasta 80% en la parte este del continente y 98% en Vietnam) muestran la mayor disposición a recibir la vacuna Covid-19. Las poblaciones de Rusia, Europa del Este y África son más reacias a una vacuna contra Covid-19, incluso si el acceso a las vacunas es fácil y se consideran seguras y eficaces. La mayor reticencia hacia la nueva vacuna se encuentra en Bosnia y Herzegovina, Serbia, la República Checa y otros países europeos. Incluso en estos países, sin embargo, no hay una mayoría clara en contra la vacunación. La proporción de quienes consideran una posible vacunación y de quienes se muestran bastante recelosos es casi igual.
No solo los españoles están a favor de ponerse una vacuna. El 75% de los españoles está a favor de limitar derechos básicos, como libertad de movimientos o de reunión, si es preciso para frenar el avance de la pandemia. En contra estaría el 19% de la población. Aunque en nuestro entorno también son mayoría quienes se muestran dispuestos a asumir estas restricciones, en Reino Unido ese porcentaje es ligeramente menor: un 71% estaría a favor y un 19% en contra. También los italianos lo aprueban, pero menos que los españoles: un 68% respalda estas limitaciones frente a un 24% que las rechaza.
En Suiza el 69% a favor de estas limitaciones frente a un 17%. Los polacos parecen ser aún más reacios: 58% está a favor de estas limitaciones esenciales, frente a un 32%. En Alemania, por contra, el porcentaje de población dispuesta a asumir estos sacrificios en derechos humanos básicos asciende al 80% y cuenta con una oposición del 17%. En Austria, el 78% también cree necesario ceder derechos, frente al 19%. En general, casi tres de cada cuatro encuestados en todo el mundo se muestran favorables a sacrificar algunos de sus derechos si esto ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad. Uno de cuatro sostiene la opinión contraria.
Una gran parte de los ciudadanos de la India, Australia, Asia, Oriente Medio, África, pero también los países occidentales de la UE están dispuestos a sacrificar algunos de sus derechos humanos si esto ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad. En el lado contrario se sitúan Rusia, América Latina, el Este de la UE y los EEUU cuyas sociedades no están tan dispuestas a renunciar a sus derechos básicos, incluso si esto ayuda a prevenir la propagación del virus.
Las restricciones para viajar entre países ya se consideran la “nueva normalidad”. Más de las tres cuartas partes de todo el mundo están de acuerdo o muy de acuerdo en que son aceptables para luchar contra la propagación del coronavirus. Una quinta parte está en desacuerdo o totalmente en desacuerdo. En regiones como Australia, Asia Oriental, EE. UU. y la UE (especialmente los países de la UE occidental), las respuestas positivas alcanzan más del 80% de todas las respuestas (incluso el 91% en Australia). Las restricciones de viaje son las menos aceptables para las personas de Oriente Medio, los países del Este de la UE y Rusia: hasta un tercio de los encuestados están en contra de las restricciones de viaje como una medida aceptable en la lucha contra la enfermedad.
No es la de Sigma Dos la única encuesta que señala que los españoles son menos reacios a la vacuna de lo que se piensa aunque sí es cierto que la evolución de la pandemia les afecta más de lo que confiesan abiertamente. A día de hoy, seis de cada diez españoles (el 58 %) se vacunaría sin dudarlo contra la Covid-19, frente al 20 % que estaba dispuesto a hacerlo el pasado mes de octubre, según la última encuesta sobre vacunas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y difundida por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Los resultados de esta encuesta, realizada entre el 4 y el 22 de enero, reflejan un cambio de tendencia importante en la sociedad española, especialmente si se comparan con la anterior, de julio de 2020, y con el sondeo de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología bienal de Fecyt, hecho entre julio, septiembre y octubre pasados con entrevistas personales.
Las tres encuestas, detalla el Ministerio, plantearon la misma pregunta: "Si mañana mismo estuviese disponible una vacuna para prevenir el covid-19, ¿se la pondría?" La respuesta oscila desde el 1, que equivale a "no se la pondría en absoluto", al 7, que es "totalmente seguro que se la pondría". Por orden cronológico, el 32,2 % de los encuestados marcó el 7 entre el 25 de junio y el 15 de julio; el 32,4 % en la segunda mitad de julio; el 24,1 % en septiembre; el 20,2 % en octubre, y el 58,1 % en octubre.
En estos meses, también ha cambiado el rechazo de la población a la vacuna que actualmente se sitúa por debajo del 10 %, mientras que en octubre era del 32,4 %, del 35,1 % en septiembre, del 18,3 % en la segunda mitad de julio y del 6,6 % en el sondeo realizado entre junio y julio. Parece claro que los españoles ya no temen a la vacuna del coronavirus. Los bulos y los negacionistas han perdido la batalla.