En marzo, cuando estalló la pandemia de coronavirus, un grupo de amigos decidió convertir esta crisis en oportunidad. Se lanzaron a producir mascarillas FFP2, cuando la mayoría no sabíamos ni lo que eran. "Dijimos 'ya que no podemos comprar esta mascarilla porque no existe ¿por qué no la hacemos?'", comenta Andrés, socio de la empresa.
Gastando todos sus ahorros levantaron su empresa en Castellón, que en menos de un año es la que más fabrica de España: hasta 120.000 mascarillas , con una plantilla de más de 120 personas, y tienen previsto triplicar la producción.
"Vamos a ampliar y a meter máquinas más modernas y más tecnología", añaden desde la compañía Airnatech. El éxito es total, sobre todo desde que varios países han hecho obligatorias las FPP2 en ciertos ámbitos. "El pedido saldrá mañana", subraya el biotecnólogo.
Cada día reciben más pedidos, y también desde fuera. De hecho ya han exportado un millón y medio de mascarillas a Suecia, Alemania o Austria, donde esta mascarilla ya es obligatoria en algunos espacios como el transporte público.
En España, el sindicato de enfermería SATSE denuncia que aún hay nueve comunidades autónomas que no proporcionan FFP2 a sus sanitarios. Se quejan de la falta de acceso al tipo de mascarillas que el ministerio de Sanidad recomienda para estos profesionales.
Las mascarillas FFP2 son cada vez más demandadas a nivel mundial y algunas comunidades autónomas ya han pedido imponer su uso. Se consideran las más seguras.