Si hay un partido que se haya beneficiado de la debacle de Ciudadanos, ha sido Vox. La formación de Santiago Abascal se ha convertido en la tercera fuerza política del país. Ha sido la gran ganadora de la noche, de la repetición electoral. Con 52 escaños, no podían ocultar la euforia.
Confirmaban lo que pronosticaban los sondeos de los últimos días. Vox ha logrado alterar el mapa político español. La extrema derecha obtiene 52 escaños, en detrimento de PP y sobre todo de un hundido Ciudadanos.
“Se ha consolidado la alternativa patriótica que demanda España”, decían anoche eufóricos en Vox. Han logrado más de 3.200.000 votos, que se han traducido en escaños 29 más que en sus primeras elecciones, las de abril.
Pero por el lado conservador, la coalición con PP, Ciudadanos y Navarra suma es insuficiente, con los 152 escaños que suman quedan lejos de la mayoría.
“Tenemos preocupación por la gobernabilidad de España y por la victoria del PSOE pero “no nos regodeemos en la gloria”, decía ayer Abascal. Una gloria que saborearon ellos, los líderes de Vox, y cientos de personas en una sede recién estrenada.