La Diada arrancaba con el himno de España colándose en la ofrenda floral a Rafael Casanova que daba inicio a los actos del Día Nacional de Cataluña. Cuando Quim Torra y su Gobierno trataban de entonar el himno catalán, desde un hotel resonaba el himno nacional; una anécdota en una jornada muy esperada por el independentismo, que, sin embargo, llega sumido en la división y con la mirada puesta en la sentencia del procés, que próximamente se dará a conocer.
Hoy ERC y JxCat han aparcado sus diferencias a la fuerza para destacar lo que les une: el desafío soberanista. “Tenemos presos políticos exiliados que no pueden estar con nosotros”, ha recordado Roger Torrent, presidente del Parlament, mientras Meritxell Budó, consejera de Presidencia y portavoz de la Generalitat, ha recalcado que la sentencia del procés “si no es de absolución no será justa”.
Palabras en sintonía con las de Quim Torra, presidente de la Generalitat, que ha resaltado que hoy los manifestantes se movilizan “por un lema muy sencillo: objetivo independencia”. “Esto es el reto y esto es lo que haremos. Hoy se cierra una etapa y se comienza a responder ya hoy a las sentencias, poniendo el objetivo de la independencia en el centro de la acción política", ha dicho.
Pero en lo político no corren buenos tiempos para el independentismo, con los partidos secesionistas divididos.
El sector más radical del independentismo, la CUP y Arrán, celebran la Diada con una manifestación por su cuenta, evidenciando la ruptura en el sector secesionista. “Tenemos que asumir y aceptar que no hay unidad ni estrategia conjunta en el independentismo”, ha dicho Carles Riera, diputado de la CUP.
Más allá ha ido la portavoz de Arrán, Nuria Martí: “No nos juntaremos con esta gente. No nos juntaremos con nuestros enemigos”.
Enemigos, dice, como Quim Torra. “Políticos traidores” rezaba anoche una pancarta en el momento en que el presidente de la Generalitat rendía homenaje a los defensores de Barcelona en 1714.
Miles de manifestantes han acudido a los 26 tramos de la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada, cuyo epicentro es la plaza España de Barcelona.
Los manifestantes estaban convocados a partir de las 16:00 horas en los tramos donde se habían apuntado con anterioridad en la plaza España y en las calles adyacentes --la avenida María Cristina, donde se celebrará el acto, en Paralelo, Creu Coberta, Tarragona y Gran Vía-- para escenificar la confluencia del independentismo, la demanda de unidad.
La manifestación ha iniciado a las 17:14 en recuerdo al año 1714, como se hace anualmente, y las últimas cifras ofrecidas por la organización este mismo miércoles señalan que tienen contabilizados 450.000 inscritos, con 1.300 autocares llenos que acudirán a Barcelona desde diferentes puntos de Cataluña.
La Guardia Urbana, por su parte, habla de 600.000 manifestantes, tal como ha comunicado a través de Twitter.
Una concentración ante el Parlament durante la tarde ha causado altercados por lanzamiento de botes de humo y piedras a los Mossos d'Esquadra, que han dispuesto un cordón policial y vallas a unos metros de la fachada.
La primera línea de la concentración la ocupaban, pegados a las vallas, activistas que iban encapuchados, y los Mossos d'Esquadra tuvieron que requerir por altavoz que depusieran su actitud.
Dos de los participantes en la concentración fueron identificados porque arrancaban adoquines para lanzarlos contra el cordón policial, según han informado.
A las 20.45 han empezado a dispersar la concentración ante el Parlament, tras registrase disturbios en la primera línea, a pocos metros del edificio.
La concentración ha quedado disuelta sobre las 21.30. Ha acabado fuera del recinto de la Ciutadella --donde está el Parlament--, después de que muchos agentes antidisturbios fueran dispersándolos desde la fachada del Parlament.