Seis mil seiscientas personas están evacuadas ya en La Palma por culpa del volcán. Más de mil han perdido sus casas y, el resto, vive en la incertidumbre de si, finalmente, llegará la lava a su vivienda. Pero además están las tierras, a las que ha arrasado la lava, se suman las que no están pudiendo ser atendidas, sin riego y cuidados, las frutas se están perdiendo y, con ellas, el medio de vida de muchos palmeros.
Según los últimos datos del catastro, la erupción volcánica de Cumbre Vieja afecta a 1.196 edificaciones, de las que 963 corresponden a uso residencial, 124 son agrícolas, 57 industriales, 27 ocio y hostelería y 10 corresponde a centros públicos más otros 14 de otros usos.
En total, con datos de este miércoles, hay más de 825 hectáreas afectadas y 416 personas realojadas, 47 más que el día anterior, con 375 en el hotel de Fuencaliente y 41 en el de Los Llanos de Aridane.
Las dos coladas de lava que atraviesan el barrio de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, se han unido en una sola y avanzan hacia el sureste para bar por detrás de la montaña si bien no descarta que al intersecar una vaguada salten a otra cuenca y afecten a la carretera de la costa, motivo por el que en la noche de este miércoles fueron desalojados unos 150 vecinos de los barrios de Las Martelas, Marina Alta, Marina Baja, La Condesa y Cuesta Zapata --un centenar ya se había ido en días previos--.
Así lo ha expuesto en rueda de prensa el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, quien indicó que la llamada 'colada 7' está prácticamente detenida porque apenas recibe aporte de nuevo material y se encuentra a unos 120 metros del mar.