Trabajo constante de cuadrillas de voluntarios en calles de La Palma. Varios grupos de personas retiran la ceniza acumulada con cepillos e incluso retroexcavadoras hasta llenar contenedores de obra en apenas unas horas.
Limpieza fundamental para evitar posibles colapsos subterráneos y derrumbamientos en viviendas. Como las desalojadas dentro de la zona de exclusión que afecta a Las Manchas, donde los tejados acumulan más de un metro de restos del volcán.
Un peso que podría aumentar con los efectos de las precipitaciones de estos días. El mayor riesgo de todos, el de los llamados lahares, unos flujos turbulentos de agua y material volcánico, se descarta por los expertos porque su formación, aseguran, depende de unas lluvias torrenciales que no están previstas.