La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre es algo que hay que celebrar, pero la crisis del coronavirus está haciendo que las situaciones cambien y conocer al bebé se haga con todas la precauciones.
A pesar de que el COVID-19 está cambiando nuestras costumbres, el amor de unos abuelos por sus nietos no lo cambia ninguna pandemia del mundo.
Es el caso de Sara, una mujer de Barcelona que el confinamiento llegó justo en las últimas semanas de embarazo de su pequeña India. Cuando llegó el momento de dar a luz decidió no decírselo a sus padres para así evitar el mal momento de no poder acompañar a su hija. Fue a la vuelta del hospital y con su pequeña en el coche cuando pasó por casa de sus padres para que pudiesen verla, aunque fuese a través de la ventanilla de un coche.
La propia Sara relató su experiencia en las redes sociales, un momento que nunca olvidarán y siempre quedará la anécdota para contarle cuando sea mayor.
Junto a la imagen de sus padres mirando embobados la cara de su preciosa nieta, se intuye una sonrisa detrás de una mascarilla que les protege, Sara escribe un bonito texto para su madre.
A ti mamá
Me perdonarás que no te llamara para decirte “mamá nos vamos al hospital, estoy de parto!!!”. Sabía que de haberlo hecho te hubieses pasado la noche en vela, dándole mil vueltas a la cabeza y sufriendo por la situación que podríamos estar viviendo en el hospital con la que está cayendo, y conociéndote, seguro que muerta del miedo por nosotras.
Perdóname, pero quería evitarte ese mal trago.
Mamá India llegó al mundo rodeada de amor, pero no hubo visitas, no hubo globos ni bombones, no pudiste sentarte a los pies de mi cama para hablar sobre cómo había ido, no tuve tu abrazo, ni ella tuvo tu beso.
Me moría de ganas de explicarte que conseguimos ese parto natural que tanto soñaba, quería explicártelo todo, quería que te sintieras orgullosa de mi, tantas veces que te había preguntado, mamá tanto duele? Y siempre me respondías lo mismo, “mucho, pero ese dolor se olvida”, y ahora que por fin se lo que tú sentiste, no puedo compartirlo contigo como me gustaría.
No has podido tener la foto de esa primera vez con tu nieta en brazos, sigues sin saber cómo de suave es su piel, ni a que huele, créeme mamá, esta niña es de terciopelo.
Este virus nos ha robado muchos momentos, por ello quise daros esta sorpresa a la salida del hospital camino a casa.
Quise que al menos pudierais conocerla dos minutos, me conformaba con bajarais a vuestra portería y mostraros a vuestra nieta detrás de esas mascarillas y a través de una ventana sin poder tocarla.
No puedo veros las caras, pero sé que papá y tú estáis sonriendo, no sois capaces de hablar sin tragar saliva, y las lágrimas en los ojos os delatan.
Nunca en la vida me hubiese imaginado que sería así, nunca en la vida pensé que algo tan frío pudiera llegar a ser tan sumamente íntimo y cercano, he aprendido que los besos y los abrazos también pueden darse a través de la mirada.
Mamá ese abrazo llegará, y todo lo que estamos viviendo nos servirá para valorarlo mucho más, llegará ese beso, esa caricia y podremos llenar nuestra caja de recuerdos de todas esas primeras veces, solo tenemos que esperar un poquito más.