El coronavirus no se ha ido. Al contrario, aunque para muchos haya bajado la percepción de la amenaza que todavía supone el SARS-CoV-2, los expertos alertan ya de una nueva oleada que se está gestando en Europa a través de un continuo alza de los contagios. La propia Organización Mundial de la Salud augura un “invierno duro” y es clara al hablar de un ”punto crítico de resurgimiento de la pandemia” donde "Europa es el epicentro".
Sube la transmisión, suben las hospitalizaciones y suben las muertes. Tanto que, de hecho, la OMS, a través de su director regional en Europa, Hans Kluge, ha manifestado y reiterado que “si seguimos en esta trayectoria podríamos ver otro medio millón de muertes”, tanto en Europa como en Asia, “para febrero del año que viene”.
La compleja situación comienza a vislumbrarse cuando ni siquiera ha llegado el mes de diciembre, temido por los epidemiólogos ante la cantidad de fiestas que aglutina, las cuales disparan las posibilidades de que el virus encuentre vías de transmisión al multiplicarse los contactos sociales. Las Navidades preocupan un año más, y por eso ya son muchos los que anuncian una vuelta a las restricciones para intentar controlar, antes de que sea demasiado tarde, ese alza en el número de casos.
Los titulares de hoy dan una idea de la evolución: la poderosa Alemania no deja de registrar récords y además de notificar 236 muertes más contabiliza por primera vez cerca de 40.000 casos diarios, con datos máximos en la incidencia acumulada durante los últimos siete días; Austria constata también un nuevo máximo de contagios diarios y ya se prepara para un empeoramiento de la pandemia; Dinamarca retoma las restricciones y recupera el pasaporte covid ante un repunte récord de casos; Croacia apunta un máximo diario con más de 7300 contagios e impone también nuevas medidas para el control de la pandemia; Rusia supera el umbral de los 250.000 muertos tras un nuevo récord de decesos en 24 horas, con 1.239 fallecidos; y Reino Unido, buscando desde ya “evitar daños previsibles” en el sector fundamental en la lucha contra la pandemia, hace obligatoria la vacuna para el personal público de salud.
En este escenario, los expertos inciden en la importancia de no bajar la guardia y no perder el respeto al virus. Es fundamental, recalcan, no caer en la excesiva relajación de las medidas, –algo que resultó fatal en Europa en las pasadas Navidades–, e insisten en la importancia de seguir incrementando una cobertura vacunal que en Europa no ha terminado de alcanzar las cotas suficientes.
A diferencia de España, a la que la propia OMS alaba por su campaña de vacunación, especialmente en los países del este las tasas de población vacunada están muy lejos del objetivo. Así, en Bulgaria, por ejemplo, tan solo un 22% de población está vacunada mientras sufren ya unas 300 muertes diarias.
Más allá, también otros como la propia Alemania tienen mucho trabajo por hacer: solo el 67% cuentan con pauta completa; dato que contrasta con el 88,8% de España, donde no obstante la incidencia acumulada a 14 días también está escalando, con una subida paulatina que ya hace que esta se sitúe en 62,6 casos por 100.000 habitantes, niveles de riesgo medio.
Pese a este panorama, el último estudio de Ipsos titulado ‘What Worries the World’ (¿Qué preocupa al mundo?) refleja que la percepción de la amenaza que supone el coronavirus decrece, motivado probablemente, entre otros factores como la fatiga pandémica, por el positivo impacto de las vacunas.
Concretamente, lo que constata es que la covid-19 ha dejado de ser la principal preocupación para la población tras 18 meses situándose en el primer lugar.
El estudio, que analiza las respuestas en 28 países, apunta que el 29% de estos ellos ha señalado que la covid ya no es la primera preocupación. Por delante preocupa más la pobreza y desigualdad social, con un 33%, seguido del desempleo, con un 30%.
En total, la pandemia ha caído siete puntos con respecto a septiembre del 2020 y se queda en tercera posición con un 29%.
En lo relativo a España, el desempleo vuelve a ser el problema que trae de cabeza a los ciudadanos. Es la preocupación número uno para los encuestados, representando nada más y nada menos que un 54%.
Estableciendo una comparación con los países analizados del entorno europeo, España, de hecho, es el país del continente en el que más inquieta el paro, seguido de Italia, con un 51%. Más lejos se sitúan Francia y Suecia, con un 19%, y, en quinto lugar Alemania, con un 16.
Además, para los españoles encuestados la pobreza y desigualdad social y la sanidad se sitúan en segunda y tercera posición en lo que se refiere a esta escala de preocupación, con ambas en un 33%. El siguiente tema que más preocupa es la corrupción política y financiera, con un 27%.
Ya completando el top 5, en quinta posición se encuentra la covid-19. Tras bajar 9 puntos frente a septiembre, solo por el 24% de la población española lo señala como la principal preocupación, siempre según los datos del informe.
Más allá, del estudio también se desprende que solamente el 33% de la población española considera que las cosas van bien, mientras que continúa habiendo una gran mayoría, un 67%, que señala que no se va en la buena dirección.
En lo que se refiere a la percepción global, la población no ve mucha diferencia con respecto a los meses anteriores a la pandemia. Un 64% cree que las cosas funcionan peor, tres puntos más que a comienzos de 2020; y un 36% percibe que todo va mejor, frente al 39 por ciento del primer mes del pasado año.