"Atención, está usted depositando: vidrio". Los contenedores de basura de la ciudad condal comenzarán a ser sustituidos por recipientes inteligentes en los que, para deshacerse de los residuos, será necesaria una identificación mediante una tarjeta o una app que registre nuestros hábitos de reciclaje.
La administración que dirige Ada Colau quiere así obtener más datos sobre la manera en la que los vecinos de Barcelona gestionan sus residuos para premiar con una reducción fiscal a los barrios que mejor reciclen. El proyecto, que incluye también otras novedades en materia de sostenibilidad y tecnología, tendrá un coste total de 300 millones de euros si consigue ser aprobado por el consistorio este mismo viernes.
Este tipo de contenedores, que ya se han implementado de forma similar en otras ciudades de Europa, están pensados para que, al tirar la basura, haya que identificarse de alguna forma haciendo uso de una tarjeta, una app o algún sistema que permita determinar los hábitos de reciclaje de las distintas zonas.
De esta manera, los vecinos que mejor reciclen podrán ver reducidas sus tasas de recogida de residuos como recompensa a una buena gestión de los residuos. Además, gracias a los sensores incorporados en los contenedores, el servicio de limpieza de la ciudad podrá llevar a cabo una gestión más eficiente de los residuos al recoger, por ejemplo, aquellos contenedores cuyo interior alcance temperaturas elevadas antes de que empiecen a oler mal.
Esta tecnología, permite entre otras cosas que el servicio de basuras pueda optimizar las rutas de manera que priorice aquellos contenedores que estén más llenos siguiendo en la línea de la eficiencia y la sostenibilidad. Aunque parezca un invento con carácter futurista, tecnología similar ya está siendo utilizada en las principales capitales europeas en las que se hace una fuerte apuesta por políticas verdes.
El servicio de limpieza de Barcelona afronta también otro gran cambio con el objetivo de renovar la flota de vehículos de recogida de residuos para conseguir que dos tercios del total sean camiones de eléctricos. Con tan sólo el 20% de los camiones con 0 emisiones en la actualidad, el objetivo de Barcelona es reducir la contaminación urbana producida por estos vehículos.
Mientras que la implantación de los contenedores se hará progresivamente por barrios, se prevé que los camiones eléctricos empiecen a llegar a toda la ciudad en cuanto se apruebe el plan.