La guerra está haciendo que en nuestro país oficios como el de panadero, el frutero, las fábricas de ropa, la metalurgia o los mecánicos entre otros, estén en grave peligro por tres motivos: el primero, la destrucción de los campos de girasoles en Ucrania y la imposibilidad de importar desde allí, hacen que el coste del aceite que, por ejemplo, se utiliza en las churrerías no pare de crecer debido al desabastecimiento.
"Tengo suministro hasta la semana que viene, a partir de ahí no sé qué va a pasar. Si no me llega el aceite y no puedo freír, tendría que echar a siete personas evidentemente. Es lo que hay", nos dice Juan Carlos Toral, propietario de la churrería El Ratón y el Gato, ubicada en el barrio de Vallecas, en Madrid.
También escasea en las fábricas de conserveras, dónde pueden tener que frenar en seco la fabricación por falta de stock. La gerente de la conservera Dardo, Dolores Otero, apostilla que "ahora mismo estamos ya bajo mínimos de aceite de girasol. Esto va a ser más un problema de cara a verano".
El segundo, la también destrucción de los campos de cereales acarrea que los panaderos amasen a un precio mucho más alto, o que las reses, en unas semanas, no coman, "probablemente nos quedemos sin cereales para alimentar a nuestro ganado" nos cuenta José Fernando Luna, presidente de ASAJA en Huesca.
El tercero, que el coste de la energía no para de crecer. Lo vemos por un lado al llenar el tanque de nuestros coches, y por otro, en la economía doméstica. "He pagado 235 Euros por la luz, cuando antes pagaba menos de 70 Euros. Ahora sacas tú eso de una pensión de 900 Euros" nos relata una señora.
Ojo al dato, porque según los sindicatos de seguir así se podrían destruir un millón de empleos directos.
La crisis actual por la invasión de Rusia a Ucrania está empeorando el problema económico más importante de los últimos meses: la inflación. Lo que en un principio se originó esencialmente por un desajuste entre una demanda creciente de ciertos productos, especialmente los energéticos, y una oferta que no podía satisfacerlas, en ocasiones por problemas logísticos.
“Por todo ello se ha considerado que la inflación iba a ser coyuntural, pero la situación actual no solo lleva a que ya se piense que su duración será a mucho más largo plazo, sino que se seguirá subiendo y afectando a muchos productos”, señala Antonio Gallardo, experto de Banqmi, el comparador financiero de iAhorro.
La inflación escala en febrero al 7,6%, dos décimas más de lo previsto, mientras la guerra en Ucrania alienta nuevas subidas de precios. Entre los productos más azotados por el vendaval de subidas aparecen la electricidad (80,5%), la gasolina (25,1%) y el diésel (28,4%). El grupo de vivienda elevó más de siete puntos su tasa interanual el mes pasado, hasta el 25,4%,
La tasa interanual del IPC de febrero supone un avance de 1,5 puntos sobre el dato de enero y sitúa los precios al mayor nivel en más de 35 años. Se trata de la decimoquinta tasa interanual positiva que encadena el IPC, las últimas tres en niveles superiores al 6% y batiendo marcas que no se registraban en 30 años.
Junto a la electricidad y el gasóleo para calefacción, el repunte interanual del IPC se debe al grupo de alimentos, que elevó ocho décimas su tasa, hasta el 5,6%, y el grupo de transporte, que registró una tasa interanual del 12,8%, un punto y medio superior a la de enero, por el mayor precio de los carburantes para vehículos personales y el encarecimiento de los automóviles.
Entre los alimentos a los que se extiende el contagio inflacionista destacan las subidas del aceite de oliva (30,6%), otros aceites comestibles (32,3%), pastas alimenticias (19,9%), harinas y otros cereales (11,7%), alimentos para bebé (10,5%), carne de ovino y caprino (9,5%), arroz y leche desnatada (9,4%), leche entera (9,3%) y café (8,2%).
También subieron de precio las mermeladas y confituras (8,7%), el café (8,2%), otros productos de panadería (7,4%), los huevos (6,6%), el pan (6,4%), la carne de vacuno (6,4%) y la mantequilla (6,3%). Los precios de los hoteles, hostales y pensiones crecieron un 21,1%, y los muebles para el hogar un 7,2%, y las bicicletas un 6,7%.
Por el contrario, los productos que más se han abaratado en los últimos 12 meses son los peajes y aparcamientos (-20,8%); los equipos de telefonía móvil (-5,7%); los ordenadores personales (4%); el transporte marítimo de pasajeros (-3,1%), y los vuelos internacionales (-2,2%).