La consellera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Ana Barceló, admite que en este año de pandemia, pero que "nunca" se detiene a pensar en si está cansada. "No me planteo en ningún momento cuál va a ser mi futuro, ni siquiera el inmediato, mi único objetivo es ponerme al frente de esta conselleria y resolver los problemas que vienen en cada momento, en cada hora, cada minuto", afirma.
Barceló, en una entrevista a Europa Press con motivo del primer año desde que el Ejecutivo aprobó el estado de alarma el 14 de marzo de 2020, comenta que cuando se puso al frente de la sanidad valenciana "nunca" pensó encontrarse con "un escenario" como el que generado por el SARS-CoV-2 y que afronta "viviendo el día con pasión, con ganas y trabajando".
Preguntada por si le gustaría ver el final de la pandemia como consellera, precisa: "Estas circunstancias no me las planteo como qué me gustaría, sino como qué es mejor para la Conselleria de Sanidad".
En ese sentido, constata que "el momento más duro, el más doloroso" siempre es el "de dar el número de fallecidos", un dato que es "difícil de comunicar porque hay que intentar humanizar esas cifras para que los ciudadanos comprendan la gravedad de la pandemia". "Nunca te acostumbras", admite.
Así, señala que "las noches son duras" y le cuesta conciliar el sueño: "Nos vamos de la conselleria muy tarde, a veces pasadas las 00.00, y al llegar a casa, yo que vivo sola, la cabeza se te llena de problemas, preocupación, pensando cómo resolver la situación y siempre en alerta por si se produce una llamada de madrugada".
Asimismo, arremete contra "los bulos" que "tanto daño han causado a la sanidad". En especial, lamenta la noticia falsa de que el Hospital de Elche usó la capilla como morgue y la denuncia anónima sobre una supuesta mala atención prestada en el centro Ernest Lluch. "Han sido muy dolorosas y hecho bastante daño", constata.
Para Barceló, en este año ha habido una "excesiva información interesada que ha generado inquietud" y "eso es lo peor en una pandemia". Al respecto, critica que "la oposición desde el primer momento se subió un poco a los bulos" y el PP "incluso los utilizó en Les Corts para atacar a la Conselleria" como cuando mostró un cartel colgado en un centro de salud para denunciar la falta de médicos diciendo que era Alicante cuando estaba en Fuenlabrada. "La oposición ha ido más a caballo de la desinformación que de proponer, y ahí ha fallado", se lamenta.
Por contra, ha destacado que "en ningún momento" se ha sentido cuestionada por sus compañeros del Consell que, de hecho, se han preocupado "en muchísimas ocasiones no solo por saber cómo iba la situación epidemiológica sino por cómo nos encontrábamos porque sabían que estábamos viviendo momento muy duros".
Sobre las diferencias públicas mantenidas con la vicepresidenta Mónica Oltra ha comentado que en un gobierno de coalición "se pueden producir discrepancias a la hora de adoptar determinadas medidas", pero "se han resuelto perfectamente en la comisión interdepartamental y no le doy mayor trascendencia a una discrepancia puntual en una situación concreta".
Por otra parte, garantiza que la Comunidad Valenciana está "preparada" para afrontar una cuarta ola, pero recalca que es "evitable dependiendo de las medidas y de la acción social" y, al respecto, advierte de que su llegada dependerá "del comportamiento" de la ciudadanía durante estas semanas de Fallas y Semana Santa y del ritmo de vacunación.
Si llega, asegura que ahora se dispone de "suficiente material" y los equipos directivos de todos los departamentos han aprendido a "reorganizar los centros para ganar espacios" porque un sistema "no puede estar preparado" en una situación de normalidad para atender el número de ingresos en unidades de Críticos que se registró en el pico.
En esta línea, destaca el modelo de hospital de campaña valenciano, por el que ya ha pasado 250.000 personas, frente al del Zendal madrileño porque, además de la ventaja de que al estar al lado del hospital de referencia se puede ingresar de inmediato en las UCI a los pacientes si empeoraran sin necesidad de traslado, permiten no tener que duplicar recursos profesionales en un momento en el que las bolsas están "prácticamente agotadas" y los profesionales "agotados". Por ello, "permanecerán el tiempo que sea necesario".
Barceló afirma comprender la fatiga pandémica, en especial para determinadas generaciones que "sienten que han perdido un año", pero les anima: "Nos queda muy poquito". "Lo importante es llegar al momento de vacunación porque no podemos retroceder", recalca, y, para ello, hay que afrontar esta espera con "mentalidad de deportista" y pensar que para "ganar hay que cruzar la meta".
Asimismo, defiende, ante la crudeza de la tercera ola, la actuación del Consell en Navidad: "Actuamos como consideramos según estaba la situación, pero sí que había en el ambiente lo que sentimos ahora, que estamos deseando poder ir a una terraza y encontrarnos". De hecho, fue "aquel espíritu navideño de salir de compras y de sentirnos un poco más liberados" lo que "hizo que nos confiáramos todos".
Por ello, advierte de que si el mayor número de brotes, entre el 65-70%, se da en el ámbito familiar y social, las medidas que se tiene que adoptar "también son de responsabilidad de cada uno" porque "sabemos que en Navidad hubo muchas reuniones familiares en casas a pesar de que estaban restringidas". "No llegamos a comunicar lo suficientemente bien a la ciudadanía que los espacios cerrados son un riesgo", asume.
Con todo, confía en cumplir el objetivo de llegar a verano con un 70% de la población vacunada, pero apunta que serán los expertos los que determinen con qué porcentaje de inmunidad de rebaño es "suficiente" para poder aliviar muchas de las medidas aunque "otras, como la mascarilla y la distancia, han venido para quedarse".
En cualquier caso, ha resaltado que el pasaporte sanitario que está poniendo en marcha la Unión Europea facilitará la circulación y en cuanto concrete los requisitos "lo pondremos en marcha y lo exigiremos". Por contra, descarta implantar 'una cartilla verde', como se ha puesto en marcha en Israel, que certifique que estás vacunado para acceder a actividades en el ámbito interno, como conciertos o interiores de locales.
En cambio sí que se plantean exigir estar vacunados como requisito para ejercer determinados puestos laborales, como médicos de primera línea o cuidadores de personas mayores o diversidad funcional. No obstante, admite que obligar a la vacunación es "muy controvertido" y requiere cambios legislativos. Por ello, están a la espera de si el Gobierno central "da algún paso para acogernos a él".
Barceló confirma que aún no se ha vacunado y se mantiene en su intención de hacerlo la última como los capitanes de barco, aunque no se atreve a poner fecha porque además se encuentra en "esa franja de edad que aún no tiene vacuna".
Asimismo, resalta que ya están trabajando en una Estrategia postcovid para prestar ayuda psicológica tanto a la población como a los sanitarios, y una atención fisioterapeuta y de control y seguimiento de los efectos que el virus ha provocado. Además, en el Presupuesto de 2021 están recogidos 50 millones para reducir las listas de espera mediante el plan de choque y el autoconcierto.