Una de las lenguas de lava del volcán de La Palma se ha frenado en las últimas horas mientras la otra avanza lentamente. La gran duda es si llegará finalmente al mar. Sobre el terreno, los bomberos siguen intentando minimizar los daños. El 1-1-2 avisa de que la ceniza en suspensión complica la visibilidad y pide limitar los desplazamientos en coche.
Una de las coladas se ha detenido, mientras la otra todavía avanza, pero muy lento, a 4 m por hora. "Cada vez le cuesta más avanzar. Frio en su superficie. El avance sigue, aunque sea lentamente, ha señalado María José Blanco, directora del Instituto Geológico Nacional.
La colada que se ha detenido es la que está más al norte de la isla. La lava ocupa ya 172 hectáreas y en algunos puntos llega a medir 12 metros. Todavía le queda poco más de 2 km hasta la costa.
Sin embargo, aunque la colada avance lenta el volcán no pierde su fuerza. El volcán de La Palma sigue expulsando lava con la misma intensidad y los expertos apuntan a que todavía hay magma en su interior.
Un magma que lucha por salir, haciendo un ruido ensordecedor. María José Blanco explica que es una "liberación brusca de gas a la superficie, que se van a seguir produciendo."
Cuatro kilómetros de altitud alcanza la columna de ceniza. Por eso ayer se activaba el código rojo en el tráfico aéreo y se recomienda a los palmeros que no circulen por la falta de visibilidad.
Una ceniza que lo cubre todo. Los bomberos barren los tejados de las casas porque si llueve se convertirá en un pesado barro que puede hacer peligrar las casas.
Desde que erupcionara el volcán el domingo, la isla ha sufrido más de 1.100 seísmos.