En una Diada marcada por la pandemia, se repite una imagen: las llamas y el fuego en pleno centro de Barcelona. Nuevamente, vuelven a ser los CDR los protagonistas. En su particular celebración vandálica, han quemado cajas con los logos de importantes instituciones nacionales y reconocidas empresas y entidades, así como han quemado un muñeco con la cara de FelIpe V y Felipe VI.
Ha ocurrido a última hora, al entrar la noche. La tarde ha sido más tranquila, con movilizaciones adaptadas a las circunstancias, o lo que es lo mismo, algo deslucidas por las restricciones sanitarias: había que registrarse y, en casi todos los casos, permanecer sentado en sillas colocadas a la necesaria distancia de seguridad para prevenir contagios de coronavirus.
La ANC, los convocantes, anuncian haber movilizado a 59.500 manifestantes en diferentes puntos de Cataluña. Y hay algo que no cambia, como son las consignas gritando “Independencia” y las peticiones de las entidades soberanistas a los políticos para que vuelva la unidad al independentismo catalán.
“Estamos hartos de la división y de la táctica. La paciencia de la gente no durará para siempre”, ha dicho en su discurso Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, lanzando un mensaje a Puigdemont y Junqueras.
La movilización de los CDR ha llegado después con una manifestación al margen de las entidades soberanistas. Discurriendo por el paseo de Lluis Companys, recorriendo las calles de Barcelona, los asistentes han reclamado repetir las movilizaciones de octubre del año pasado después de la sentencia del procés.
Volviendo a quemar contenedores y algunas pequeñas papeleras en el barrio de Gràcia de Barcelona, nuevamente han provocado que algunos vecinos se hayan visto obligados a tirar agua desde los balcones intentando sofocar las llamas.
En paralelo, un dispositivo policial se ha mantenido siguiendo y vigilando los movimientos del grueso de la movilización.