Las formaciones que aspiran a entrar en el Parlament de Cataluña el próximo 14 de febrero han echado el cierre a la campaña electoral sin lograr despejar las incógnitas de la ecuación. Los nueve candidatos han coincidido en sus últimos mítines con un último esfuerzo por movilizar el electorado para que no sucumba al miedo de la pandemia.
Los partidos miran de reojo las encuestas. La última ya dejó claro lo difícil que será repetir el 79% de participación que registraron las últimas elecciones catalanas, del 2017; incluso los expertos auguran el que puede ser el índice más bajo registrado. Un 14,8% de los encuestados por el CIS el 3 de febrero no votará "con toda seguridad" mientras que una proporción parecida duda hacerlo: solo un 53,6% está convencido de ejercer su derecho a voto.
"Quedan 48 horas para convencer de que hay que ir a votar, y los independentistas se nutren de las abstenciones" ha insistido Illa desde la sede socialista en Barcelona, consciente de la necesidad de combatir la abstención que puede perjudicarlo al azotar, previsiblemente, las zonas urbanas con más probabilidad de aglomeraciones: "La esperanza es más fuerte que el miedo, si vosotros ponéis los votos, yo pongo el cambio".
El PSC ha repetido la fórmula con la que abrió la campaña, con el presidente del Gobierno arropando a su exministro de Sanidad; de hecho, Pedro Sánchez se ha rebelado contra el cordón sanitario de ERC, Junts y la CUP: "¡Lo vamos a romper!".
De hecho, Illa se la juega solo: el veto independentista lo separa de los otros dos favoritos, Pere Aragonès y Laura Borràs, que previsiblemente deberán aunar menos apoyos de los que necesitarán los socialistas para alcanzar la mayoría absoluta. La candidata de Puigdemont, por su parte, acaba la campaña mejor que como la encaró, ya que ha recortado distancias a sus adversarios hasta el punto que incluso el 'CIS catalán' la sitúa mano a mano con Aragonès, con Illa relegado a un tercer puesto.
La candidata que se postula como principal socia de Illa, Jéssica Albiach, comparte leitmotiv con los socialistas: el del cambio. La cabeza de lista de En Comú Podem insiste en que "solo depende de la gente que el gobierno de izquierdas llegue el día 15 o el siguiente". El mismo día en que Pablo Iglesias ha viajado a Cataluña para participar de los últimos actos del partido, Albiach también se ha referido al "enroque" de las fuerzas independentistas frente al PSC: "¿Nos llevarán el PSC y ERC a una repetición electoral por tozudos?".
Ciutadans ha esperado al último día para recurrir a personalidades de la cultura (Andrés Trapiello, Albert Boadella), la filosofía (Fernando Savater) o el periodismo deportivo (Tomás Guasch) para ello: "Si no votas, comprobarás las consecuencias de tu abstención". Una premisa que ha hecho suya la presidenta de la formación naranja, Inés Arrimadas, muy implicada en la campaña de Carlos Carrizosa desde el 28 de enero: "No os quedéis en casa para no volver al tripartito".
Los que no se han quedado en casa han sido los seguidores de Vox en Barcelona. La formación liderada por Ignacio Garriga ha reunido a centenares de personas sin distancia y con pocas mascarillas bien puestas. Para conseguir el último empujón antes de entrar en el Parlament por primera vez ("Vox ya ha ganado en Cataluña", según Santiago Abascal) han elegido el mejor de los escenarios: la plaza de Artós del barrio de Sarrià, conocida por ser un punto de encuentro de grupos de ultraderecha. El mitin se ha saldado con cargas de los Mossos d'Esquadra para evitar enfrentamientos entre antifascistas congregados como respuesta a la presencia de Vox y sus seguidores.
Mirando de reojo a Garriga, la CUP se ha postulado antes de la jornada de reflexión como "el voto que frenará" a Vox, en palabras de su candidata, Dolors Sabater. Además de proponer un "rescate inmediato" para los catalanes con una renta básica universal, una reforma fiscal y una banca pública, los 'cupaires' han aseverado que "ningún voto independentista se quede en casa porque de la fuerza" que consiga la formación el domingo tomará "carrerilla" para el resto de la legislatura.
Alejandro Fernández se suma a sus adversarios en la llamada a la movilización porque está "convencido" de que ir a votar "es seguro", y lo hará con su familia, según ha informado. El líder del Partido Popular en Cataluña así lo considera: "Es imprescindible que vayamos a votar todos para que los separatistas no decidan por nosotros". Como han hecho los presidentes del resto de formaciones, Pablo Casado ha asistido al acto y lo ha hecho con un discurso con referencias a Vox, para el que algunas encuestas prevén que protagonice un 'sorpasso' a los populares.
Por su parte, Oriol Junqueras no ha perdido la oportunidad que le brinda su tercer grado penitenciario para dar fuerza a ERC. "¡Si nosotros no nos hemos rendido en la cárcel, menos os tenéis que rendir vosotros ante una urna!", en palabras del republicano, que esta vez no ha alterado la agenda del mitin de Pere Aragonès para volver pronto a prisión puesto que, al ser viernes, no tiene que regresar a su celda para pasar la noche. Ante él, 200 personas que han acudido al que ha sido el acto con más asistencia de la campaña republicana y en la que también han intervenido los presos Carme Forcadell, Dolors Bassa y Raül Romeva.
Jordi Sánchez, también en semilibertad, ha acudido al cierre de Junts per Catalunya para pedir el voto a Borràs para "ganar la libertad", junto a sus compañeros de prisión Quim Forn y Jordi Turull. Los de Puigdemont son el grupo que mejor puesta en escena han hecho en esta campaña y mejor se han adaptado al formato telemático, precisamente motivados por la necesidad de hacer lucir al expresident que organizó el referéndum del 1 de octubre y que ahora sigue con la estrategia del 'todos contra Illa': "¿Para qué catalanes quiere gobernar Illa? Será para los que no ha enviado a la prisión o al exilio".
El reto de esta campaña telemática ha sido sortear la evidente dificultad física para hacer llegar el mensaje al electorado. También diferenciarse del resto de candidatos al ser nueve los que previsiblemente entrarán en el Parlament.
No obstante, el único partido que se cae en algunas encuestas es el PDeCAT, aunque su cabeza de lista ha aprovechado el último micrófono para despejar fantasmas: "Las encuestas nos sitúan dentro del Parlament y confirman lo que venimos diciendo desde hace días: estaremos dentro". En este sentido, Àngels Chacón se ha diferenciado de ERC y la CUP asegurando que su grupo recoge sus "políticas de izquierda" y defiende el legado de Convergència, frente a la "macedonia ideológica" en la que se ha convertido Junts.