El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que ejerce las atribuciones de presidente en funciones, ha afirmado que, aunque no se desea, el ejecutivo catalán no descarta un confinamiento domiciliario dada la negativa evolución de la pandemia en Cataluña, ante la que se tomarán "todas las medidas" necesarias.
"No queremos llegar a un confinamiento domiciliario, pero hemos de ser claros y hablar como adultos. No podemos descartar ninguna medida", ha dicho Aragonès esta pasada noche en una entrevista con TV3.
El presidente en funciones ha afirmado también que el anunciado toque de queda, tras la aprobación del estado de alarma, "llega en el momento en que desde el punto de vista científico y epidemiológico se ha creído necesario".
"Tomaremos todas las medidas necesarias para frenar el ritmo de contagios que está comprometiendo el sistema sanitario", ha subrayado Aragonès.
El vicepresidente ha reiterado que, tras su aprobación este domingo en un Consejo de Ministros extraordinario, "las decisiones del nuevo estado de alarma las ha de tomar y las tomará la Generalitat, que es quien controla el sistema de salud pública".
Aragonès ha apelado a la responsabilidad de todos para hacer frente a la pandemia, pues ha argumentado que "el individualismo no sirve en el mundo de hoy", ya que "lo importante es cómo nos relacionamos todos juntos".
El vicepresidente de Economía y Hacienda no ha descartado que el cierre de bares y restaurantes ahora en vigor se deba prolongar y ha asegurado que, de continuar la situación, la Generalitat ampliará el fondo de 40 millones de euros que ha destinado a ayudas para ese sector.
Respecto a los fondos de ayuda europeos, que Aragonès ha calificado de "Plan Marshall del siglo XXI", ha defendido que se usen para levantar la cabeza" tras la pandemia "y comenzar a transformar el país".