La primavera llegó oficialmente el pasado domingo 20 de marzo, pero el cambio de hora lo hará la noche del próximo sábado 26 al domingo 27 cuando se implantará el nuevo horario de verano: a las 2:00 horas de la madrugada los relojes se adelantarán una hora hasta las 3:00. Ese día dormiremos una hora menos y los días comenzarán a ser más largos.
España, pero además, todos los países miembros de la UE cambiarán al horario de verano en cumplimiento de la Directiva Europea 2000/84/CE aunque la Comisión Europea aprobó hace tres años un proyecto para ponerle fin a estos cambios de hora, cuestionada por científicos y expertos que aluden daños a la salud.
Según esta directiva, desde el 2002, los países miembros de la UE decidieron que el periodo de la hora de verano comenzara en todos los Estados de los 27 a la 1 de la madrugada, hora universal , del último domingo de marzo.
El objetivo originario del cambio de hora responde al objetivo de ahorrar energía y aprovechar más la luz natural. Alemania y Austria fueron los primeros países en adaptar su hora a las estaciones el 30 de abril de 1916. Canadá, en el pueblo Port Arthur (Thunder Bay en la actualidad) fue el primero a nivel mundial en cambiar la hora en 1908 .
El cambio de hora ha provocado grandes polémicas en los últimos años. En 2018 la UE se planteó eliminarlo y propuso un proceso para acordar en 2019 una decisión al respecto entre todos los países miembros . Sin embargo, la decisión permanece aplazada por la falta de una postura común. Por otra parte, numerosos médicos hablan de que nuestro organismo se altera cuando cambiamos la hora.
Desde la Sociedad Española del Sueño (SES) aseguran que los cambios de hora provocan "un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad" que puede provocar enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y la hipertensión arterial, pero también "la obesidad, diabetes, infarto de corazón, el ictus, la depresión y la ansiedad".
La alteración del huso horario provoca que se duerma menos horas los días laborables y más los festivos, algo que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar, según los expertos en sueño.