En política nacional siempre han sido muy importantes ‘los barones’ de los partidos políticos. Tras la crisis interna del PP a cuenta del supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso, ‘los barones del PP’ parecen posicionarse en contra el presidente del partido, Pablo Casado. Pero ¿Quiénes son ‘los barones’ y sobre todo qué hacen?
Lo barones han sido tradicionalmente en política en España los presidentes autonómicos pertenecientes a algunos de los dos grandes partidos, PP y PSOE. El término empezó a acuñarse en la época de Felipe González. Actualmente, el PP gobierna en cinco comunidades autónomas y Ceuta.
Sus presidentes autonómicos son Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía; Alfonso Fernández Mañueco, presidente en funciones de Castilla y León desde las elecciones celebradas hace una semana; y Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia. No hay que olvidarse del presiente de Murcia, Juan Jesús Vivas.
Los llamados "barones" autonómicos del PP son en la actualidad solo seis, incluido Ceuta, de los 19 territorios (17 comunidades y dos ciudades autónomas), aunque en conjunto representan el 46 % de la población española, el 45 % de la superficie del país y aproximadamente el mismo porcentaje del PIB nacional.
Un notable peso específico para su relativamente reducido número, que coincide también con su influencia en la vida interna del PP, como queda de manifiesto estos días en medio de la actual crisis del partido como consecuencia del enfrentamiento entre el líder de la formación, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
La propia Díaz Ayuso, el gallego Alberto Núñez Feijóo -único de los seis con mayoría absoluta, y van cuatro-, el andaluz Juanma Moreno, el murciano Fernando López Miras, el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco -todavía en funciones y a la espera de negociaciones para repetir mandato- y el ceutí Juan Jesús Vivas forman este selecto grupo de líderes regionales con peso en la calle Génova de Madrid.
El elenco de miembros del PP que han ocupado presidencias autonómicas reúne nombres importantes en la política española de las últimas décadas -Manuel Fraga, José María Aznar, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón...-, aunque el poder territorial del actualmente primer partido de la oposición ha tenido sus altibajos y ha sido exiguo en algunos territorios.
Así, nunca ha habido un presidente del PP en Canarias -sí miembros del gobierno autonómico bajo presidencia de Coalición Canaria-, Navarra -Jaime Ignacio del Burgo era miembro de UCD en su primer mandato y del PDP en los meses de su regreso a la Presidencia foral en 1984-, Cataluña ni el País Vasco. Además, en estas dos comunidades apenas tiene representación: en las autonómicas vascas de 2020, donde concurrió en coalición con Cs, no llegó al 7 %, y en las catalanas del año pasado no alcanzó el 4 %; mientras en Navarra ha estado más tiempo integrado o en coalición con UPN que solo y sus porcentajes en las autonómicas cuando se ha presentado en solitario también han sido limitados.
En 1983, tras las autonómicas que acabaron por extender el mapa de la España autonómica, el PP solo gobernaba en Baleares, Galicia, y desde el 84 en Cantabria, mientras que el triunfante PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra lo hacía en 12 comunidades.
Cuatro años después, en 1987, llegó a la Presidencia de Castilla y León, anticipando la que sería la época dorada del PP a nivel regional, que comenzó con las elecciones autonómicas de 1995, en las que la ciudadanía le aupó por primera vez a las jefaturas de los ejecutivos de Aragón, Asturias, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia, además de Ceuta y Melilla.
Como además recuperó las de Cantabria y La Rioja y mantuvo las de Baleares y Galicia, en aquella legislatura reunió 11 presidencias autonómicas (nueve comunidades y las dos ciudades autónomas), por tres del PSOE, que solo retuvo Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Incluso en dos de estas, Castilla-La Mancha y Extremadura, llegó el PP a la Presidencia tras los comicios de 2011, aunque para entonces había perdido Asturias.
Las elecciones autonómicas de 2015 marcaron el declive de poder autonómico del PP al arrebatarle el PSOE Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Extremadura y el PRC de Miguel Ángel Revilla Cantabria.
A ellas se añadió en 2019 La Rioja y solo el auge de Vox sumado a unos buenos resultados del propio PP y de Cs le permitieron hacerse por primera vez con la Presidencia de la Junta de Andalucía.
A los presidentes autonómicos se les llama así por la importancia que tienen de cara a unas elecciones nacionales, movilizando a sus electores. Muchos son importantes por los buenos resultados en las autonómicas como es el caso de Isabel Díaz Ayuso, o por la larga tradición de su partido al frente de su comunidad autónoma, como le sucede a Alberto Núñez Feijóo.
Los barones son capaces de influir en las decisiones que a nivel de partido se tomen respecto a otras comunidades autónomas.
A los barones del PP se les presupone fieles al presidente nacional, que siempre necesita de su apoyo para mantener su autoridad. En la crisis interna del PP a cuenta del supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso y la comisión que el hermano de esta se habría llevado por la venta de mascarillas, solo Fernando López Miras, murciano como Teodoro García Egea, ha salido en defensa de Pablo Casado.
Alberto Núñez Feijóo, a quien muchos dentro del PP siempre han visto como líder nacional, ha advertido a Pablo Casado que esta crisis se debe solucionar en “días, no es meses”. Eso pasaría por la reunión de la Junta Directiva o un Congreso extraordinario. Algunas fuentes hablan incluso de la posibilidad de dejar al PP en manos de una gestora.
De todos los barones del PP quienes tienen más peso son Isabel Díaz Ayuso, siempre en el centro de todas las polémicas de ámbito nacional- especialmente desde que comenzó la pandemia- y Alberto Núñez Feijóo, siempre en un discreto segundo plano.