La política española ha entrado de lleno en las práctica mafiosas de los años de plomo. Las balas recibidas esta semana por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias; y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez elevan el tono del enfrentamiento. Han sido cartuchos del calibre 7,62x51mm, un viejo tipo de munición muy usada hasta mediados de los años 60 en muchos Ejércitos del mundo incluido España con su popular cetme.
Poco queda ya en el Ejército español de este popular rifle que estuvo en servicio hasta 1999 cuando fue jubilado por el eficaz HK G36. A pesar de que casi todos los que hicieron la mili tuvieron entre sus manos este arma, los responsables del ministerio de Defensa estaban insatisfechos con su rendimiento y operabilidad en un nuevo contexto armamentístico internacional.
No existe un calibre especifico de los fusiles de asalto cetme más allá del que las industria armamentística continental adoptó tras la II Guerra Mundial, el 7,62 X 51 NATO. Los problemas de esta munición para ser eficaz en el disparo de ráfaga así como las exigencias técnicas que obligada a un armamento más pesado llevó a los responsables internacionales a adoptar tras la Guerra de Vietnam el calibre 5,56 x 45 NATO de amplia implantación en los principales Ejércitos Europeos.
Los fusiles de asalto cetme en su última versión, la L dejaron de usar la munición 7,62 X 51 NATO para usar la 5,56 x 45 NATO. En la actualidad se trata de un armamento que solo se usa para labores de instrucción en algunos destacamentos del Ejército de Tierra y de la Armada.
El viejo 7,62 dispone de una vaina abotellada sin pestaña y de percusión central. Sus principales características son un diámetro de cuello de 8,8 mm (0,346 plg), un diámetro de base de 11,9 mm (0,469 plg), y un peso de unos 24 gramos.
La compraventa de este tipo de munición está controlada aunque en Internet en muy fácil localizar páginas en los que usuarios privados ponen a la venta este tipo de material en perfecto estado de uso y conservación.