Algunas comunidades autónomas como Asturias y Cantabria han empezado a relajar algunas medidas para frenar la pandemia del coronavirus. Las autoridades de ambas comunidades consideran que el pasaporte covid ha demostrado no ser efectivo para frenar los contagios y este es el primer fin de semana en el que deja de solicitarse en aquellos lugares en los que era obligatorio.
La Consejería de Sanidad de Cantabria ha decidido no prorrogar esta medida porque considera que el efecto motivador que tenía el pasaporte para que la gente se vacunase ya está cumplido. De hecho, según los últimos datos del Informe de vacunación del Ministerio de Sanidad, Cantabria está por encima de la media nacional en la administración de la dosis de recuerdo en todas las franjas de edad: de mayores de 70, de 60 a 69, de 50 a 59 y de 40 a 49.
En total, 280.302 cántabros tienen ya administrada la dosis de recuerdo contra el Covid-19, al tiempo que 21.644 niños de la región han recibido al menos una dosis de la vacuna. En este grupo, por debajo de los 12 años, el porcentaje en la comunidad autónoma llega a un 93,4 por ciento y a nivel nacional es de un 92,6.
Por otro lado, Sanidad también cree que el pasaporte no evita la transmisión de la variante ómicron y que por lo tanto no está justificado mantener su aplicación.
Esta decisión ha sido aprobada y aplaudida por toda la hostelería cántabra, que consideraba innecesaria la obligatoriedad del pasaporte covid para acceder al interior de sus locales.
Sin embargo, algunas comunidades como La Rioja consideran que es una herramienta fundamental y que tiene que seguir vigente.