Miles de agricultores y ganaderos, --unos 7.000 los organizadores y 3.500 la Delegación del Gobierno--convocados por las organizaciones UPA, COAG y ASAJA, se están movilizando por toda España. Las tractoradas, manifestaciones y movilizaciones continuarán las próximas semanas.
Esta vez ha sido en Toledo y Albacete. Los ganaderos y los agricultores han vuelto a echarse a la calle. Han llevado sus tractores al centro de Toledo para protestar contra la caída de los precios que amenaza su futuro. Denuncian que trabajar les cuesta dinero y piden al Gobierno que intervenga.
Al grito de "el campo unido, jamás será vencido", la cabecera de la manifestación con el lema 'Agricultores y ganaderos al límite' ha marchado desde las inmediaciones de la Plaza de Toros, situada en la calle Marqués de Mendigorría, acompañada de medio centenar de tractores, hacia Puerta de Bisagra finalizando en la plaza de Zocodover.
Los precios de origen de los cultivos bajan y los costes de producción se disparan. Con la oleada de protestas pretenden denunciar la grave situación de falta de rentabilidad que atraviesan sus explotaciones.
Una marcha, ambientada por la tractorada y los pitidos de los asistentes, en la que se han podido leer carteles como 'dónde está la política agraria', 'nuestra ganadería en peligro de extinción', 'el campo son los pies que sostienen a la Nación' o 'sin campo no hay vida, sin vida no hay campo'.
Exigen, a su vez, una acción urgente por parte de las Administraciones y la cadena agroalimentaria en su conjunto. El objetivo de las manifestaciones es que sirva para "cambiar las cosas y conseguir que se produzca un cambio de tendencia en el sector agrario".
"Nuestras producciones agrarias y ganaderas tienen los mismos precios que hace 30 años", han asegurado, a lo que hay que añadir ahora una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional. "Somos los primeros que decimos que los trabajadores tienen que tener un salario digno, pero queremos tener lo suficiente para poder pagarlo", han afirmado.
También han reivindicado medidas dirigidas a aumentar la información, la transparencia y la trazabilidad real del producto. En este sentido, han pedido normas de etiquetado obligatorio para que los consumidores europeos dispongan de toda la información acerca del origen, el proceso productivo y las normas que se han cumplido en la producción, transformación y comercialización de los productos.