Primer día de Josep María Bartomeu al frente del Barça, primera sorpresa. El club se ofrece a dar hasta el último de los detalles que Rosell no quiso o no pudo contar sobre el contrato de Neymar. Lo que le costó verse inmerso en una causa judicial e indirectamente el cargo. Bartomeu ha dicho que el fichaje fue una odisea. Que Neymar vino "porque quería jugar con Messi". Ha agradecido al padre del jugador que haya autorizado levantar la confidencialidad de los datos del fichaje. ¿Porqué ahora y no antes de que le costara la cabeza a Rosell? No se sabe. Más que un contrato, un jeroglífico. Casi una hora de explicación: fichajes, pluses, bonos, primas... una ensalada de cifras. Incluso los propios autores han reconocido un error en los gráficos con los que -en resumen- han intentado decir que el Barsa pagó lo que dijo: 57,1 millones de euros por el jugador. Y todo ello, bajo la amenaza de querella salpique a la cúpula de la nueva directiva, includo Bertomeu. Aunque aquí también hay lío porque el querellante dice por su lado que se plantea retirar la demanda "por respeto al club".