La declaración de José Luis Ábalos y su expareja Jéssica Rodríguez, expareja de José Luis Ábalos, durante el interrogatorio en el Tribunal Supremo por el caso Koldo, l complica mucho las cosas al exministro. Los dos temas en los que ambos imputados difieren radicalmente es sobre quién paga el piso en el que se alojaba ella y quién la contrató en dos empresas públicas controladas por el PSOE
Sobre el piso de lujo en el que vivía Jéssica, Ábalos contestó que era cosa de su colaborador, Koldo García, mientras que ella señaló al exministro como el responsable de que hubiese optado por esa vivienda en Plaza de España de Madrid, muy cerca de la sede del PSOE en la calle Ferraz.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil recogió en uno de sus informes que el presunto conseguidor de la trama, el empresario Víctor de Aldama, a través de supuestos testaferros, se hizo cargo del pago del alquiler llegando a abonar 82.298 euros.
En concreto, la Benemérita identificó a Alberto Escolano, uno de los socios de De Aldama, y a sus sociedades como verdaderos pagadores. Este empresario también estaba citado para testificar este jueves pero se ha aplazado a la próxima semana a petición propia.
Las fuentes apuntan que Jéssica Rodríguez ha explicado que estaba residiendo en un piso de alquiler con unas amigas y se les acabó el contrato. Ábalos le dijo que buscara piso para vivir sola. La casa la eligió ella, porque estaba cerca de la calle Ferraz (donde se encuentra la sede central del PSOE) y de la universidad. Entonces intervino Koldo para gestionarlo. El asesor le avisó de que iría a visitarlo con otra persona. Cuando acudió, era Escolano y lo vieron juntos.
Rodríguez ha confirmado que ella no pagaba el alquiler. No sabía quién lo hacía pero imaginaba que era Ábalos porque --ha comentado-- siempre se ocupaba de costear sus cosas. De hecho, ha señalado que de vez en cuando el ex ministro le daba dinero en efectivo para sus gastos. No obstante, ante cualquier incidencia, hablaba con Escolano o Koldo.
El magistrado se ha interesado por el hecho de que Jéssica permaneció en ese céntrico apartamento varios años después de terminar su noviazgo con Ábalos. Así lo ha ratificado la testigo, relatando que el ex dirigente socialista la trasladó que mientras siguiera estudiando podía vivir ahí.
Sobre este asunto, cabe recordar que Ábalos descargó la responsabilidad del alquiler de este piso en Koldo, el cual justificó que ayudó a Jéssica porque era su "amiga" desde antes de convertirse en la novia de su jefe.
Koldo contó que Jéssica tenía una situación de "emergencia" habitacional. En ese momento, él estaba alquilado con su mujer e hija en una casa de 35 metros cuadrados, por lo que no era una opción. El ex asesor ministerial se lo trasladó a Escolano, que le ofreció que se quedara en el piso que en ese momento estaban buscando para una de sus empresas. "Me haces un favor como la copa de un pino", le espetó García, según su declaración judicial.
El propio Koldo, a preguntas de Puente, reconoció que esa estancia provisional se alargó y que tanto la propia Jéssica como él, con el dinero de su hermano y de su hija pequeña, se hicieron cargo de los pagos. No obstante, el magistrado puso de relieve que solo había constancia de transferencias bancarias de Escolano y sus empresas y, efectivamente, de su hermano y su hija (por un total de 5.803 euros).
Sobre la otra cuestión discrepante, el trabajo en esas las dos empresas públicas por las que Jéssica cobraba pero no trabajaba, el exministro aseguró al juez desconocer quién la contrató, mientras que ella aseguró que su currículum se lo mandó a Ábalos.
Según Jéssica Rodríguez, en un momento dado --en 2019-- Ábalos le indicó que era conveniente que trabajara mientras acababa la carrera universitaria que estaba estudiando. Le dio su currículum y meses después la llamaron para que lo enviara a una web. Después hizo una entrevista y la contrataron. Ella asumió que fue por encargo del ex ministro, ha declarado.
Su trabajo era ejercer de auxiliar administrativa de Joseba García, el hermano de Koldo García, entonces asesor ministerial de Ábalos. Fue a recoger un portátil y hasta hizo un curso de riesgos laborales, pero la dijeron que quedara a la espera de lo que la requiriera su jefe directo. Según ha confesado, realmente nunca hizo trabajo alguno pero sí cobró. Concretamente, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que rondaba los mil euros. También fichaba, ha anudado.
JRG ha aseverado que no sabía que INECO era una empresa pública porque las personas que conocía que trabajan en ellas habían tenido que opositar. Pensaba que era una compañía privada de un conocido, ha sostenido.
En INECO estuvo dos años, durante los cuales acabó su relación con Ábalos. Cuando el contrato estaba a punto de expirar avisó al ya ex ministro, que a su vez advirtió a Koldo, según consta en un mensaje de WhatsApp enviado el 23 de febrero de 2021. La joven ha confirmado que, a raíz de ello, fue contratada en TRAGSATEC, sin hacer entrevista. Estuvo seis meses, también sin trabajar y cobrando el SMI.
En su declaración como imputado, Koldo narró que, efectivamente, Jéssica fue contratada primero en INECO y luego en TRAGSATEC porque le pidió el "favor" a su hermano. Aunque defendió que hubo más candidatos y estaba "preparada", acabó admitiendo que se la eligió por ser persona de "confianza", lo que llamó la atención de Puente, al que le extrañó que hiciera falta alguien de confianza para tareas administrativas.
Interrogado sobre el citado 'whatsapp', Koldo contestó que suponía que Ábalos se lo había mandado porque, aunque Jéssica ya no era su novia, se preocupaba por ella al ser una persona que había formado parte de su vida.
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