Junts y PNV se unen a PP y Vox para tumbar en el Congreso una ley del PSOE sobre cuidados al final de la vida
El Pleno del Congreso ha rechazado tomarla en consideración poniendo fin a su tramitación parlamentaria.
La iniciativa defendida por la socialista Caridad Rives buscaba establecer una nueva regulación sobre el tratamiento asistencial
Rufián ridiculiza la exigencia de Junts para que Sánchez se someta a una cuestión de confianza: "Fum, fum, humo, humo"
Junts y el PNV, socios habituales del Gobierno, han unido sus votos al PP y Vox para tumbar este martes en el Pleno del Congreso una proposición de ley presentada por el PSOE para que las personas mayores de edad puedan expresar anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desean recibir en el final de su vida. Todo ocurre tras la petición de Puigdemont a Sánchez de someterse a una cuestión de confianza que nadie se ha tomado en serio.
Los hechos se producen después de que PP y Junts hayan logrado introducir una enmienda a una ley en el Congreso para suspender el impuesto sobre el valor de la producción eléctrica cuando no haya déficit de tarifa. El Gobierno ha decidido frenar la tramitación de la ley tras la iniciativa mayoritaria apoyada, además por Vox, ERC y PNV. Nada que inquiete a Pedro Sánchez.
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Nueva regulación de instrucciones previas sobre la ley de eutanasia
La iniciativa defendida por la socialista Caridad Rives buscaba establecer una nueva regulación sobre las instrucciones previas, con diferentes finalidades: por un lado, adecuarse a lo dispuesto en la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, incorporando la solicitud de la prestación de ayuda para morir entre las situaciones que son motivo para realizar esa manifestación anticipada de la voluntad; por otro, regular que las instrucciones previas se produzcan dentro de los límites legales, eliminado la referencia a la 'Lex artis', y aportando mayor seguridad jurídica a su aplicación.
Pero el Pleno del Congreso ha rechazado tomarla en consideración poniendo fin a su tramitación parlamentaria. La iniciativa sumó 162 votos, pues el PSOE logró el apoyo de Sumar, ERC y Bildu, entre otros aliados del Gobierno, pero fueron insuficientes frente a los 180 votos que sumaron el PP, Vox, Junts y el PNV.
Con esta derrota el Gobierno acumula ya cincuenta derrotas en el hemiciclo en poco más de un año de gobierno de coalición. En lo que va de año, el PSOE ha visto caer un decreto ley, la senda de estabilidad y tres proposiciones de ley auspiciadas por el Grupo Socialista. Tampoco ha podido evitar que el Congreso le 'cuele' una enmienda antiokupas en una ley del Gobierno, ni que se repruebe a dos ministros.
El Gobierno de coalición sufrió su primera derrota parlamentaria el 10 de enero de 2024, cuando Podemos, unido a abstención de Junts, tumbó el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.
A partir de ahí, entre los meses de febrero y marzo, el Gobierno tuvo que hacer frente a tres nuevas derrotas: el frenazo a la Ley de Amnistía tras el rechazo de Junts; la reprobación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz) gracias a la abstención Podemos y Junts; y la primera moción de la oposición sobre el 'caso Koldo' porque ERC y Junts optaron por la abstención.
En abril el Gobierno sufrió dos nuevas derrotas parlamentarias, la primera en el primer pleno del mes al ver cómo se aprobaba, pese a su voto en contra, una iniciativa del PP exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación, gracias a la abstención de Junts, PNV y BNG. Y la segunda con la toma en consideración de una proposición de ley del PP para relajar la protección al lobo ibérico donde los 'populares' sumaron a Vox, Junts y PNV, mientras que Bildu optó por la abstención.
Un mes después, en la sesión plenaria que duró del 21 al 23 de mayo, el PSOE sumó seis nuevas derrotas, incluyendo el derribo de su proposición de ley contra el proxenetismo, y tuvo que retirar la reforma de la Ley de Suelo presentada por el Gobierno ante la falta de apoyos para superar el debate de totalidad.
Y cerró el mes de mayo sufriendo otras dos derrotas, en ambos casos por no contar con el apoyo de Junts y PNV. En concreto, PSOE y Sumar vieron cómo se rechazaba una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos a la hora de negociar convenios colectivos, y también perdieron el primer punto de una moción del PP sobre políticas de juventud, instando en concreto al Gobierno a aplicar exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral.
Esta situación se mantuvo con la llegada del verano, ya que el 20 de junio, pese al rechazo del PSOE, salieron adelante los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara Occidental y las relaciones con Marruecos.
Una semana después llegaron otras siete derrotas. En concreto, desde el PP consiguieron que se diera luz verde a una proposición no de ley en la que exigía dotar de más profesionales sanitarios de atención primaria en verano y también seis puntos de una moción sobre diversos asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso.
La reforma de extranjería, no retomada
Durante los cuatro plenos extraordinarios que se celebraron el pasado mes de julio, los socialistas no pudieron impedir que se aprobaran dos enmiendas del Senado a la Ley de Paridad, y sufrieron también otras dos derrotas más severas, pues se tumbó su proposición para reformar la Ley de Extranjería y los objetivos de déficit.
Tras el parón estival, el nuevo curso parlamentario arrancó con el PSOE perdiendo nuevas votaciones. En concreto fueron derrotados al no poder evitar que el Pleno respaldase una iniciativa del PP para el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela, a la que se sumó el PNV, y tampoco pudieron evitar que se rechazase una iniciativa de ERC sobre reducción del tiempo de trabajo que el PSOE había respaldado.
Esta circunstancia se repitió el pasado 17 de septiembre cuando Junts se sumó al PP, Vox y UPN para tumbar una iniciativa legislativa impulsada Sumar, ERC, Bildu, Podemos y BNG, y apoyada por el PSOE con la que se pretendían modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos y limitar el alquiler de temporada y habitaciones.
En la sesión plenaria del 8 al 10 de octubre los aliados del Gobierno volvieron a desmarcarse del PSOE y Sumar y permitieron aprobar dos puntos de una moción del PP para exigir a Renfe recuperar las indemnizaciones por retrasos del AVE de 15 y 30 minutos y también para reclamar al ministro de Transportes, Óscar Puente, a afrontar el "permanente caos ferroviario" ante "la gravedad de las incidencias y por el talante del ministro".
Una situación que se repitió a la semana siguiente con la reprobación de Óscar Puente por su "incapacidad" para superar el "caso ferroviario, apoyada por PP, Vox, ERC, Junts y Podemos, y un punto de una moción del PP para acabar con los peajes y la prórroga de la concesión de la AP-9, donde el socio minoritario del Gobierno, Sumar, que ha dejado solo al PSOE en el voto en contra junto con Vox.
El 22 de octubre se produjo la cuadragésima derrota del PSOE, en ese caso propiciada por su socio de Gobierno, Sumar, cuyos diputados facilitaron con su abstención la toma en consideración de una ley propuesta por el PP que busca obligar al Gobierno a tener que pedir autorización a la Cámara Baja para el envío al extranjero de material militar como el que se está mandando actualmente a Ucrania.
Y al día siguiente, llegó el récord de votaciones perdidas en un solo día, con un total de ocho, correspondientes a otros tantos puntos de iniciativas: cinco puntos de una iniciativa del PP para suspender las nuevas normas de registro de turistas, y tres de una moción del PP pidiendo responsabilidades por el caso Koldo.
Y es que el Grupo Popular, sabedor de la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, acostumbra a someter sus iniciativas a votación por separado, punto por punto, multiplicando así las posibilidades de que el PSOE pierda apoyos y sufra derrotas.
El 14 de noviembre el Gobierno sufrió su derrota más trascendente, cuando el PNV logró meter un cambio legal en la ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) que permitirá agilizar los desahucios en casos de ocupación por allanamiento de morada, una modificación que salió adelante con apoyo del PP, ERC y Bildu y pese al voto en contra de los partidos que forman parte del Gobierno de coalición. La enmienda se incorporó al proyecto de Ley de Eficiencia del Servicio Público de la Justicia, aprobado en el Pleno del Congreso con el apoyo del Gobierno y de sus aliados frente al voto en contra del PP y de Vox.
El PSOE superó los siguientes plenos sin derrotas, sorteando las numerosas votaciones de medidas de apoyo a los afectados por la DANA prefiriendo abstenerse antes que votar en contra, pero este martes ha vuelto a perder una iniciativa, concretamente una proposición de ley propia sobre testamento vital y cuidados paliativos. En este caso, Junts y el PNV se han unido al PP y a Vox y han tumbado la ley socialista.
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