Un agente de la Guardia Civil adscrito a la unidad contra el terrorismo yihadista, conocida como UCE-2, ha confirmado este martes ante el juez del 'caso Koldo' que el comandante del Instituto Armado investigado, Rubén Villalba, le pedía teléfonos móviles de forma frecuente.
Fuentes jurídicas han explicado a Europa Press que en su declaración como testigo ante el magistrado Ismael Moreno, el agente ha detallado que Villalba le daba dinero en efectivo y él se encargaba de adquirir dispositivos que costaban entre 20 y 200 euros aproximadamente.
Ese mismo agente, según han añadido las citadas fuentes, ha sostenido que la compra de teléfonos móviles es habitual para cuestiones operativas dentro de los servicios de información.
El instructor de la causa ha tomado declaración este mismo martes a otros tres agentes de UCE-2 --todos ellos subordinados de Villalba-- que han enmarcado en la normalidad las labores que le fueron encomendadas por el comandante. Así, han asegurado que realizaban sus funciones siguiendo órdenes.
Esos agentes han dado detalles del registro que efectuaron en el despacho del presunto conseguidor de la trama, el empresario Víctor de Aldama, para descartar que estuviese siendo grabado y que según han señalado era una suerte de teatrillo.
Y lo fue, según han explicado, porque la unidad a la que pertenecen no tiene los medios suficientes como para realizar labores de contravigilancia.
Cabe recordar que en el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) centrado en la figura de Villalba, los investigadores resaltaban que el comandante habría recibido "una contraprestación económica --que podría ascender a más de 88.000 euros entre 2021 y 2023-- cuya finalidad primordial era asegurar la protección y continuidad de la presunta organización criminal" mediante dos ejes.
Uno sería garantizando la seguridad interna u orgánica de los miembros, "que comprende la salvaguarda de sus comunicaciones y su seguridad personal", y otro sería garantizando la seguridad externa "protegiendo los actos de corrupción propios de la operativa delictiva".
Ese mismo informe también daba cuenta de las citadas labores de supuesta "contravigilancia" realizadas en la oficina de De Aldama. "El servicio demandado por Rubén (Villalba) era la ejecución de una simulación de inspección, ya que no dispone ni de material técnico ni de conocimientos para ejecutar este tipo de servicios", destacaba la UCO.
Las testificales de estos cuatro agentes completan una ronda de declaraciones que se abrió este lunes con la comparecencia también como testigo del coronel Francisco José Vázquez, quien está al frente de la unidad contra el terrorismo yihadista de la Guardia Civil.
En su declaración, aseguró según las fuentes consultadas que tanto De Aldama como el exasesor ministerial Koldo García eran colaboradores de su unidad. Ante el juez, también indicó que cuando condecoró en 2022 a De Aldama fue a propuesta del comandante Rubén Villaba, y que él estuvo de acuerdo.
Además, según estas fuentes, el coronel indicó que Koldo García, un colaborador durante muchos años en la lucha contra el terrorismo de ETA, en un momento dado le comentó que sabía que le seguían agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y que se ponía a disposición de la Guardia Civil.
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