Íñigo Errejón anunció el pasado jueves que abandonaba la política tras años de "desgaste" físico y mental. El que fuese portavoz de Sumar renunció a su puesto de diputado en el Congreso y rápidamente empezaron a salir a la luz los motivos: las denuncias de varias chicas por presunta violencia machista y, sobre todo, el de la actriz Elisa Mouliaá.
A partir de ahí, Sumar emitió un comunicado donde confirmaba que iban a "recabar información" sobre la vida personal de Errejón. Más Madrid envió otro mensaje donde iba más allá, confirmando haber "comprobado la verosimilitud de los hechos" y haber "exigido a Sumar la dimisión de Íñigo Errejón". Una postura fuerte contra el que fuese diputado al que se sumaron Irene Montero, Yolanda Díaz, el Partido Popular y Pedro Sánchez.
También apareció una nueva denuncia, esta ocurrió hace ocho años en Barcelona y la víctima fue Aída Nízar. Ella narra una situación en la que estaba presente Ada Colau y donde Íñigo Errejón, según Nízar, "su insistencia en pedirme mi teléfono me incomodó profundamente y cuando se despidió me tocó el culo, me rozó tan desagradablemente".
Alrededor de las 15:00 horas de este viernes, Íñigo Errejón salía de forma rápida de la puerta del edificio en el que vive. El que fuese portavoz de Sumar, al ver a la prensa, no lo duda y se dirige inmediatamente en dirección al vehículo que está esperando.
En ese recorrido, se le percibe nervioso, los periodistas preguntan por las denuncias que está recibiendo de varias mujeres e Íñigo Errejón hace oídos sordos, evita tener contacto visual con los reporteros y se mete en el coche cerrando la puerta. Un vehículo que no permite ver más allá al tener las lunas tintadas del asiento de atrás.
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