Los etarras Iurgi Garitagoitia y Joanes Larretxea han reconocido hoy en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional (AN) que participaron en el atentado con coche bomba perpetrado el 30 de octubre de 2008 en la Universidad de Navarra. En total, hubo 168 heridos y afectó también a 98 vehículos, provocando también numerosos desperfectos en las infraestructuras.
"Solo quiero decir aquí hoy que reconozco los hechos”, ha declarado Iurgi Garitagoitia tras las preguntas del fiscal sobre si participó en los hechos.
"Sí, reconozco los hechos", ha señalado también, por su parte, Joanes Larretxea.
En consecuencia, el fiscal Pedro Torrijos ha pedido al tribunal que dicte una sentencia condenatoria "estimando que han quedado acreditados los hechos" y al haber "prueba de cargo suficiente", teniendo en cuenta además "el propio reconocimiento de los hechos y su participación" por parte de los acusados.
Del mismo modo, la acusación particular que ejerce la Universidad de Navarra también ha solicitado que se condene a ambos.
En su escrito de acusación, la Fiscalía a pide condenar a los etarras a 21 años de cárcel respectivamente como autores de un delito de robo de carácter terrorista y de un delito de estragos terroristas. Además, solicita imponerles pena de 3 meses de multa por cada delito leve de lesiones.
Pese a que los acusados han reconocido los hechos, no se ha alcanzado un acuerdo de conformidad, con lo que la petición de la Fiscalía se ha mantenido en idénticos términos a lo plasmado en el citado escrito, del que se hace eco Europa Press.
Durante la sesión del juicio celebrado este lunes, ha declarado también como testigo protegido un agente que ha detallado que el 'comando Ezuste' estaba compuesto por los acusados, que "coordinaban" a su vez un grupo con tres colaboradores, contando al mismo tiempo con otras personas que les prestaban apoyo.
Precisando sobre esa estructura, ha detallado que uno de los miembros estaba estudiando medicina y se presentó al examen MIR en la Universidad de Navarra, por lo que "conocía el entorno donde se produjo el atentado". Además, ha asegurado que, a su vez, otro de los colaboradores "estuvo diez días antes por la zona", supuestamente inspeccionando la misma.
Por su parte, otro testigo, agente de la Guardia Civil, ha revelado que tras la detención del entonces 'número 1' de ETA militar en 2008, Garikoitz Aspiazu 'Txeroki', se analizó una agenda en la que el dirigente tenía anotada una "cita orgánica con Ezu". "Entendemos que era (el comando) Ezuste", ha sostenido.
En su escrito, el Ministerio Fiscal asegura que los acusados, los etarras Iurgi Garitagoitia y Joanes Larretxea, "integraban entre octubre de 2008 y febrero de 2009 el 'comando Ezuste' de ETA, organización que para la consecución de la independencia del País Vasco del resto de España ejecutaba ataques violentos contra las personas y el patrimonio".
"Los procesados, en el desarrollo de la estrategia de causar temor en la población y tratar de conseguir sus objetivos por medios violentos, planearon detonar un coche cargado de explosivos en el campus la Universidad de Pamplona (Navarra), concretamente el aparcamiento sito frente a la biblioteca de Humanidades", señala la Fiscalía.
Para perpetrarlo, apunta, el 29 de octubre del 2008 sobre las 20:30 robaron, según el escrito, un Peugeot 306 "que se hallaba estacionado perfectamente cerrado" en un parking de Zumaia (Guipúzcoa). Después, "introdujeron una cantidad aproximada de 80 kilos de 'kaskabarro con cloratita, conformando un artefacto de iniciación eléctrica y activación temporizada en el interior del maletero del vehículo".
El día 30 de ese mismo mes, refiere, dejaron el vehículo en el parking este del edificio central, junto al edificio de la Biblioteca de Humanidades, explosionando a las 11:00 horas de ese mismo día y causando lesiones a 168 personas que debieron ser atendidas en los distintos centros médicos de la localidad.
Al mismo tiempo, la Fiscalía detalla en su escrito que el gasto tasado para la reparación de los daños materiales ocasionados por el atentado terrorista ascendió a más de 2 millones de euros, y que la explosión ocasionó sobre el asfalto un cráter de importantes dimensiones.
Aquel día, poco antes de la detonación y a primera hora de la mañana, se recibía un aviso: "Va a estallar un coche en el campus universitario". Un mes más tarde, y ya en el diario Gara, la banda asumió "la autoría de la colocación y posterior explosión del coche bomba".
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