Javier Milei siembra la discordia en España con sus excesos verbales. Pedro Sánchez, ha pedido al presidente de Argentina que se disculpe públicamente, después de que llamara "corrupta" a su pareja, Begoña Gómez. El jefe del Ejecutivo y ha avisado de que, si no se produce, la respuesta de España estará "a la altura de la dignidad de la democracia española y a los lazos de hermandad" que unen a ambos países.
Sánchez ha criticado la reacción del PP que se ha mostrado equidistante, porque la defensa de las "instituciones españolas" ante el insulto de un mandatario extranjero "no entiende de peros". Feijóo, por su parte, ha culpado a Sánchez de haber iniciado este conflicto con las palabras del ministro de Transporte, Óscar Puente.
El presidente del Gobierno, además ha acusado al líder de Vox, Santiago Abascal, de apelar a la violencia política en el discurso de clausura de la convención de ultraderecha, en el que con su tono habitual tuvo feas palabras para todos los grupos políticos, incluidos el PP, al que llama "la derechita cobarde y estafadora".
Abascal aludió a los populares, a los que culpó de colaborar para no "sacar a patadas y a gorrazos" al Gobierno de Sánchez. Para Sánchez, hacer esas declaraciones es "antidemocrático" y exige una "condena rotunda" por parte de todos los partidos políticos, de todos los medios de comunicación y del conjunto de la sociedad.
Sánchez sostiene que Milei no estuvo "a la altura" con sus declaraciones y ha querido separar sus palabras del pueblo argentino, según ha indicado este lunes en el foro económico CREO, organizado por Cinco Días.
"Soy plenamente consciente de que quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino. En cambio lo que vivimos ayer en Madrid si habla del riesgo que representa esta internacional ultraderechista", ha indicado a continuación, al tiempo que ha subrayado que entre los gobiernos "los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable".
Sánchez ha hecho estas declaraciones al día siguiente de que Milei, llamase "corrupta" a su esposa en un acto organizado por Vox en Madrid en el que también cargó contra la ideología socialista que solo conduce "a la esclavitud o la muerte", según lanzó.
Las palabras de Milei provocaron la reacción inmediata del Gobierno de Sánchez, que en la misma tarde del domingo convocó a consultas 'sine die' a su embajador en Buenos Aires, según anunció el ministro de Exteriores, José Manuel Albares en una comparecencia convocada de forma urgente en La Moncloa.
Además, Albares ha convocado este lunes al embajador argentino en Madrid para exigirle disculpas públicas y no ha descartado medidas adicionales si esas excusas no se producen, por lo que considera un ataque y una injerencia en la política interna española.
No obstante el Gobierno argentino ha dejado claro que no pedirá perdón porque, según señaló el ministro de Exteriores, Guillermo Francos, Milei no mencionó a ningún integrante del Gobierno español y además los primeros insultos llegaron por parte del mismo. En ese sentido hacía referencia a las recientes palabras del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que acusó a Milei de "consumir sustancias".
Sánchez ha señalado además que las palabras de Milei en Madrid y el acto en el que participó junto a Abascal, no habla de lo que sienten los españoles y los argentinos y remarca que son dos países "hermanos" que "se quieren y se respetan".
En ese sentido señala que el episodio de este domingo "no habla de la unión de dos pueblos que los momentos más difíciles contaron con la mano del otro para poder levantarse; de las raíces comunes que nos hacen sentir en nuestro hogar cuando visitamos Buenos Aires o cuando el pueblo argentino visita Madrid" según ha apuntado.
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