Animados por el subidón del 15-M, nació su idea de convertir la indignación en cambio político. Pablo Iglesias, triunfó en las europeas, consiguió el "sorpasso" en las encuestas y los ayuntamientos del cambio. Asaltar el cielo se tradujo, en 2016, en 71 diputados, pero ese dato ya escondía una pérdida de votos.
El 2017 arrancó con Vistalegre 2, Pablo Iglesias se impuso a Iñigo Errejón y la fractura ya era un hecho. También la factura que pagaban en votos en cada cita con las urnas, hasta que en 2019 llega el desplome. La paradoja: entran en Moncloa, pero siguen cayendo, e Iglesias acaba abandona la primera línea.
Con Belarra y Montero al frente, los morados no remontan, al revés, pierden representación. Desaparecen en seis autonomías, no encajan con Sumar y salen del Gobierno. En solitario, el CIS les da una intención de voto de un 2,7%, por debajo del mínimo. Podemos podría esfumarse, incluso, del Congreso de los Diputados.
Sin embargo, en Galicia la formación morada continúa intentándose hacer hueco ante las próximas elecciones del 18 de febrero. Podemos se ha inscrito con Alianza Verde, el partido fundado por el exdirector de Greenpeace, como coalición para los comicios en Galicia.
Su candidata es Isabel Faraldo, quien fue concejala de Podemos en el Ayuntamiento de A Coruña y es militante de Podemos desde su fundación en 2014 y quien se ha mostrado muy activa en la lucha contra los pellets que invaden las costas gallegas.
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