El Congreso aprueba un protocolo para corregir errores en las votaciones por llamamiento: ¿En qué consiste?
El Congreso ha aprobado por unanimidad un protocolo para corregir errores en las votaciones por llamamiento
El objetivo es evitar nuevas controversias como la ocurrida en la fallida investidura de Feijóo con el voto de un diputado de Junts
El Congreso habilita sábados y domingos para la investidura del presidente, como hizo con Mariano Rajoy en 2016 y con Pedro Sánchez en 2020
La Mesa del Congreso ha aprobado este viernes por unanimidad un protocolo con pautas para casos de errores en las votaciones públicas por llamamiento con el fin de evitar nuevas controversias como la ocurrida en la segunda vuelta de la fallida investidura del candidato 'popular' Alberto Núñez Feijóo. Esta fórmula se aplicará ya para el próximo debate de investidura de Pedro Sánchez.
Aquel día, el diputado de Junts Eduard Pujol se levantó de su escaño y dijo 'sí' pero, cuando estaba ya sentándose, se percató de su error y pronunció un 'no'. Sin embargo, la secretaria cuarta de la Mesa del Congreso, la 'popular' Carmen Navarro, encargada de repetir en ese momento el voto de cada diputado para que los servicios jurídicos llevaran la cuenta, ratificó el 'sí' inicial de Pujol.
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Fijar un criterio interpretativo ante estas situaciones
Esta situación provocó un retraso en el recuento de los votos porque mientras que el PP se negaba a computar como 'no' el voto de Pujol, recalcando que la jurisprudencia del Constitucional establece que el voto es "irrevocable", en el PSOE no aceptaban la exigencia de los 'populares' de dar por bueno el 'sí' porque Pujol rectificó sobre la marcha.
Ante esta situación, la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, acabó declarando nulo el voto del independentista catalán, provocando airadas protestas en el PP, que acabó presentando un escrito en el Congreso pidiendo a la Mesa rectificar el citado voto nulo al considerar "arbitraria" la actuación de la presidenta.
Frente a esto, la presidenta del Congreso entregó días después a todos los miembros de la Mesa un escrito para fijar un criterio interpretativo ante estas situaciones, con idea de que tanto el PP como Sumar hicieran las aportaciones que considerasen.
En la última reunión de la Mesa, celebrada el pasado 25 de octubre, los 'populares' presentaron una enmienda a la propuesta de Armengol que contempla más garantías en el proceso de votación. Esta modificación se ha incluido al texto final en la reunión del órgano de gobierno del Congreso de este viernes, lo que ha provocado que el protocolo se haya aprobado por unanimidad.
Repreguntar en caso de duda
En aras de garantizar la seguridad jurídica y de proteger el derecho fundamental de voto de los diputados, el texto aprobado establece que en caso de error en el sentido del voto expresado de viva voz, el diputado podrá corregirlo, siempre y cuando lo haga "de manera inmediata y antes de que el secretario o secretaria realice el llamamiento al voto del siguiente diputado".
Recalca que, advertida esta circunstancia, el secretario encargado en ese momento de repetir el voto interrumpirá el llamamiento y solicitará al diputado que exprese nuevamente el sentido del mismo, "considerándose entonces el voto definitivo y válidamente emitido".
De igual modo se procederá en caso de que el secretario o secretaria encargado de validar el voto no oiga o no entienda el sentido del voto expresado y no pueda, por tanto, ratificarlo, e incluso en caso de error del propio secretario o en secretaria en la repetición del sentido del voto.
El diputado de Junts ni protestó
El Congreso pauta este criterio porque el artículo 86 del Reglamento, que recoge cómo son las votaciones públicas por llamamiento, no establece cómo ha de procederse en caso de un error corregido en segundos, y porque hasta ahora esta práctica había sido objeto de contestación.
Hasta la fecha siempre se había permitido que, en este tipo de votaciones de viva voz el diputado pudiera corregir su voto de forma inmediata en el caso de haberse equivocado, si bien en el caso de Pujol, el diputado no hizo amago de pedir rectificación a la Mesa, sino que se quedó en su escaño riendo con sus compañeros por el error.