Cumplir 18 años supone un cambio exponencial en la vida institucional de la princesa Leonor. Si para cualquier mortal que no se apellide Borbón la mayoría de edad implica asumir el control legal sobre sus acciones y decisiones, para la heredera (ya oficialmente) al trono trae consigo una serie de obligaciones a mayores cuyo último fin será suceder a su padre como cabeza de la corona y Jefa del Estado español.
A lo largo de los próximos meses seremos testigos de cómo la princesa de Asturias va incorporándose a la vida pública con un puesto de primer nivel dentro de la familia real. Tendrá agenda oficial, percibirá un sueldo de las arcas públicas y empezará a representar a la institución dentro y fuera de nuestras fronteras. Una nueva etapa de la que también se verán afectadas, aunque sea de manera indirecta, la reina Letizia y la infanta Sofía.
Hasta este 31 de octubre de 2023, su madre ejercía de regente. Este papel al que tanto se recurrió en el medievo viene reflejado en la Constitución y se habría puesto en práctica en el hipotético caso de que Felipe VI hubiese abdicado como rey o hubiese fallecido siendo su primogénita menor de edad.
“Cuando el rey fuere menor de edad, el padre o la madre del rey y, en su defecto, el pariente mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el orden establecido en la Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia y la ejercerá durante el tiempo de la minoría de edad del rey”, estipula la Carta Magna ya mencionada.
Una obligación que la reina Letizia, que hubiese ejercido de Jefa de Estado en funciones, ya no tendrá que afrontar dado que la heredera legítima ya ha superado la barrera de los 18 años y ya podría reinar sin necesidad de tutela alguna.
Su hermana, la infanta Sofía, también tendrá que estar preparada para ser la cabeza de la Corona en caso de que la familia real viviese una desgracia. Ser la segunda en la línea dinástica la coloca en un lugar de riesgo, aunque las probabilidades sean escasas, de cara a una inesperada sucesión.
Recordemos que son varias las ocasiones en las que un infante ha tenido que ejercer de rey en una monarquía europea. Uno de los casos más recientes lo protagonizó Jorge V, padre de la recién fallecida Isabel II de Inglaterra, que ascendió a la categoría de rey tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII, al que se hizo elegir entre la Corona británica y su amor por Wallis Simpson, cuyo matrimonio estaba prohibido en aquel momento por la condición de divorciada de ella.
Desde su nacimiento, los reyes han tratado de educar a ambas hijas sin diferencias. Aunque ahora sea Leonor la protagonista absoluta del clan, su hermana pequeña está siguiendo sus mismos pasos en cuanto a formación. Sin ir más lejos, en estos momentos está cursando Bachillerato en el UWC Atlantic College, el mismo internado en el que la princesa estudió hasta hace apenas unos meses.
Para ambas, la reina Letizia y la infanta Sofía, este salto de Leonor dentro de la vida pública también traerá consigo variaciones en cuanto a sus apariciones públicas. Si la primera tendrá que ceder su lugar a su hija en ciertos actos con el objetivo de potenciar la figura de la heredera, la segunda (y no sus padres, que estarán más al margen) empezará a acompañar a la princesa de Asturias en alguna cita importante.
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