Entre bombardeos y devastadores ataques, como el que ha afectado a un hospital de Gaza que ha acabado con la vida de casi 500 personas, el alcance de la guerra entre Hamás e Israel continúa traspasando sus fronteras. Con la comunidad internacional conmocionada, el conflicto bélico también divide a los políticos en su opinión, con voces de discrepancia que se producen en múltiples instituciones y estamentos, e incluso en el seno del Gobierno de Coalición en España.
En este escenario, mientras Ione Belarra anunciaba hoy en una entrevista para ‘La mirada crítica’, en Telecinco, que desde Unidas Podemos han pedido al PSOE suspender las relaciones diplomáticas con Israel, acusando a los de Benjamin Netanyahu de llevar a cabo un “genocidio planificado” contra el pueblo palestino, Manu Pineda, eurodiputado de Izquierda Unida, ha protagonizado un momento que refleja esta situación de división en el Parlamento Europeo.
Concretamente, ha mantenido una discusión con una asistente de la Eurocámara que le reprochaba que no podía subir a la tribuna con el pañuelo palestino al cuello.
Por su parte, Pineda, que es presidente de la Delegación para las relaciones con Palestina de la Unión Europea, se resistía a aceptarlo, expresando que no hay ninguna norma que lo prohíba. No obstante, finalmente se lo ha quitado para poder hablar en el pleno.
El momento se ha producido en el día en que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haya defendido su iniciativa de viajar a Israel para solidarizarse tras los ataques de Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), asegurando que solo si se reconoce el dolor y derecho a defenderse del Estado israelí se puede pedir ahora respeto al Derecho Internacional en su respuesta; unas palabras que no han gustado a todos.
"Sólo si Europa reconoce el dolor de Israel y su derecho a defenderse tendrá la credibilidad para decir que Israel debe reaccionar como una democracia que respete el Derecho Internacional Humanitario", ha manifestado.
En esta línea, ha insistido en que es "crucial proteger las vidas de los civiles", pero primero Europa "tiene que escuchar, si quiere ser escuchada", defendiendo así sus contactos con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el presidente, Isaac Herzog, tras las críticas por no ceñirse a la posición de la UE, marcada por los Veintisiete.