La princesa Leonor jura bandera. Este sábado 7 de octubre, en uno de los días más importantes y relevantes de su formación militar en la Academia General de Zaragoza, la heredera al trono materializa su juramento de “defender a España, aun a costa de la propia vida”, culminando el que “para todo militar” se considera como “el acto más trascendente de toda la vida profesional”.
Junto a sus compañeros de primer curso, caballeros y damas cadetes, reunidos en una de las ocasiones más especiales de toda su formación, gritan su jura ratificándola con un simbólico beso a la bandera antes del desfile.
Entre una amplia cobertura mediática y una expectación máxima, Leonor ha comenzado así un mes de octubre cargado de importantísimas citas. En su agenda no faltará el Día de la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre, –a cuyo desfile volverá por fin tras sus dos años de ausencia por los estudios que cursó en el Atlantic College de Gales–, ni tampoco los Premios Princesa de Asturias, en los que pronunciará un nuevo discurso.
El colofón será el día 31, cerrando el mes con la jura de la Constitución, algo que coincidirá con su 18 cumpleaños y que servirá para constatar que ya estará lista para suceder a Felipe VI en caso de que falte. La jura de bandera, como acto central en su formación castrense, es otra simbólica y trascendental muestra de ello.
Celebrada con presencia de público, la esperadísima imagen se produce tras casi dos meses en los que la princesa ha culminado un periplo en el que hemos podido verla desarrollando todo tipo de ejercicios para completar con éxito el módulo de formación básica del combatiente: uniformada con un equipo pesado, portando su fusil y preparándose para dispararlo, reptando bajo alambradas, nadando con su casco puesto y el agua al cuello, leyendo mapas cartográficos… La princesa, durante todo este tiempo, se ha integrado como una más.
Su llegada a la Academia General Militar de Zaragoza, principal centro de formación del Ejército de Tierra, se produjo el pasado 17 de agosto y, desde entonces, la jura de la bandera es su primera aparición pública; un acto que se espera que congregue tanta o más repercusión que el momento de su ingreso.
Aquel 17 de agosto la princesa se manifestó “muy ilusionada, con ganas y nervios”. Llegaba para dar el primer paso en su formación militar a través de un plan específico determinado a condensar en tres años lo que serían cinco y dirigido a proveerla de las competencias necesarias para ejercer como capitana general de las Fuerzas Armadas una vez sea reina, tal como establece la Constitución.
Recibida por el director general de la Academia Militar, Manuel Pérez López, la primogénita de Felipe VI y Letizia volvía así a separarse de sus padres tras su etapa en Gales, donde completó el bachillerato terminando de perfeccionar al mismo tiempo sus destrezas con el inglés, como está haciendo ahora su hermana, la infanta Sofía.
Desde entonces, y hasta el día 30 de agosto, la princesa acometió una primera fase de acogida, orientación y adaptación, sometiéndose a un examen de nivel inmediatamente después.
Tras ello, Leonor comenzaba la instrucción y el adiestramiento, un proceso que se extendería en una primera etapa desde principios de septiembre hasta el día 10 del mismo mes. Durante este intervalo, como hemos podido apreciar después de que la Casa Real difundiese públicamente imágenes de su entrenamiento militar, ha realizado marchas, recorridos topográficos, ejercicios de tiro con fusil de asalto y pistola en simuladores y ejercicios de fuego real con distintos tipos de armamento tanto de día como de noche, sin importancia de las condiciones metrológicas del momento.
En su periplo hacia la jura de bandera, era el 11 de septiembre cuando, siguiendo los plazos fijados, comenzaba el primer cuatrimestre y, tras superar la ‘Fase de Acogida, Orientación y Adaptación a la Vida Militar’, –el módulo de formación básica del combatiente–, estrenaba su boina roja ‘grancé’.
Apenas una semana más tarde, el 19 de septiembre, la Princesa recibiría el título de dama de cadete, con la simbólica entrega de sable. El día siguiente, comenzaría oficialmente el curso.
Durante todo este tiempo, entrenándose en la especialidad de infantería, Leonor ha adquirido formación en torno a la terminología técnica propia del ámbito militar y del Ejército de Tierra; el primer paso para una instrucción que está prevista que finalice en el año académico 2025-2026, y en la que será ella misma la que lidere su promoción, ostentando el rango de teniente en el Ejército de Tierra y en el del Aire, así como de alférez de navío en la Armada.
Tras la jura de bandera, en la que repite el mismo protocolo que su padre hace 38 años, en 1985, –aunque ella junto al resto de sus compañeros y no en solitario– la princesa da comienzo oficialmente el segundo curso de su formación castrense, tras lo cual ya podrá pernoctar fuera de la Academia.
Tras el paso por Zaragoza, sus siguientes destinos serán la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra, –donde se embarcará en el buque escuela Juan Sebastián Elcano durante su segundo año–, y la Academia General del Aire y del Espacio en San Javier, Murcia, donde estará en su tercer año para culminar su etapa de formación militar.
Antes de todo ello, no obstante, la primogénita tendrá que cumplir con su ajetreada agenda de octubre: tras la jura de bandera llega el Día de la Fiesta Nacional el día 12; los Premios Princesa de Asturias, desde el 19 de octubre con el concierto hasta el 21 con la visita al ‘Pueblo Ejemplar de Asturias 2023’; el esperado día 31, en el que jurará la Constitución con 18 años recién cumplidos. Desde este momento, Leonor estará lista para suceder a Felipe VI en el trono de ser necesario.