El Congreso de los Diputados ha rechazado este 27 de septiembre de 2023 la investidura de Alberto Núñez Feijóo en la primera votación. Sin sorpresas ni giros de guion, todo ha seguido el curso previsto entre una lluvia de acusaciones y reproches, con el candidato popular ahondando en sus críticas al presidente en funciones, Pedro Sánchez.
El fracaso en esta sesión, enmarcada en el decimoséptimo debate de investidura, previsiblemente se repetirá el viernes salvo inmensa sorpresa. Todo hace presuponer el mismo resultado: hoy la Cámara Baja ha negado a Feijóo su confianza con 178 votos en contra (los de los parlamentarios de PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG), mientras solo ha cosechado los síes de su formación y Vox, es decir, 172.
El líder del PP se ha quedado a cuatro escaños de la mayoría absoluta; cuatro apoyos que necesita pero que no encuentra en ninguna dirección. Así, su próxima cita será en una segunda votación que tendrá que producirse exactamente 48 horas después de la celebrada hoy y en la que le bastaría conseguir más síes que noes, algo que tampoco parece a su alcance.
En este escenario, los diputados tendrán que volver a reunirse en un pleno el próximo viernes 29 de septiembre a las 12:15 del mediodía, y nunca se votará antes de las 13:22 de la tarde, cumpliendo así con los tiempos exigidos.
Pese a que en este caso le bastaría con una mayoría simple, solo una sorpresa mayúscula podría dar la vuelta a una situación que todos entienden como abocada a acabar con un único desenlace: la cuarta investidura fallida en la historia de la democracia en España, sumándose así a las dos de Pedro Sánchez (en 2016 y 2019) y la de Mariano Rajoy (también en 2016).
Ante este panorama, no obstante, nadie quiere correr riesgos y ya hay partidos como Esquerra Republicana que han pedido a sus parlamentarios que no se muevan de Madrid.
En el caso del PSOE, por su parte, no hay instrucciones porque, tal como apostillan desde la dirección, todos sus diputados saben lo que tienen que hacer.
En esta segunda votación, –en la que nuevamente los diputados se pronunciarán a viva voz desde el escaño correspondiente y en orden alfabético según les llamen–, las intervenciones serán más breves: la primera de diez minutos y la segunda de cinco.
Con el requisito de obtener más síes que noes, las abstenciones, por tanto, no se contabilizarán.
En el caso de que la segunda votación también cumpla los pronósticos y la investidura no salga adelante, se abriría una ronda de consultas por parte de Felipe VI, que tendría que proponer a un nuevo candidato a la investidura. En este caso sería Pedro Sánchez, presidente en funciones y el segundo candidato más votado tras las elecciones del 23 de julio. Éste tendría como fecha límite para ser investido el 27 de noviembre, 60 días después de la primera votación el 27 de septiembre.
Si tampoco Pedro Sánchez logra encontrar su ansiada "fórmula de la gobernabilidad" y el 27 de noviembre se mantiene el bloqueo parlamentario y ningún candidato logra ser investido, el rey tendría que disolver las Cortes para iniciar el camino hacia una repetición electoral que se celebraría 47 días después de dicha disolución, según establece el artículo 99 de la Constitución. De este modo, la ciudadanía estaría otra vez llamada a las urnas el 14 de enero de 2024.
Con las Cortes disueltas y el gobierno en funciones, el mes de diciembre, en plenas Navidades, estaría marcado por una precampaña que marcaría el devenir del inicio oficial de la campaña electoral, que se establecería el 5 de enero de 2024, la víspera del Día de Reyes, y terminaría el viernes 12, con el sábado 13 como jornada de reflexión. A este respecto, al tratarse de una repetición electoral, la campaña duraría solo ocho días, y no las dos semanas habituales.