España afronta este 26 de septiembre en el Congreso de los Diputados el decimoséptimo debate de investidura que se produce en toda la historia de la democracia. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, se presenta a la sesión como candidato a la Presidencia del Gobierno tras vencer en las elecciones del 23-J, pero los cálculos no le cuadran. La aritmética parlamentaria no está a su favor y un fracaso le llevaría a formar parte de las otras investiduras fallidas de nuestra historia: las dos de Pedro Sánchez y la de su predecesor Mariano Rajoy. Pese a ello, Pedro Sánchez califica ahora de pérdida de tiempo la misma.
Desde 1979, de los dieciséis debates que se han celebrado, tan solo tres han sido los que, en efecto, han fracasado, y en esta ocasión el escenario político actual tampoco apunta a una resolución sencilla, con la sombra de la repetición electoral, de hecho, resonando entre algunos de los que no confían en que ninguno de los bloques logren resolver la situación y desenquistarla.
Mientras a Alberto Núñez Feijóo no le salen las cuentas en su unión con VOX, –lo que le ha valido el rechazo inmediato de otras formaciones, como el PNV–, Pedro Sánchez continúa convencido de que encontrarán “la fórmula de la gobernabilidad” y sumará los apoyos necesarios para lograrlo, algo que solo parece pasar por el ‘sí’ de Junts, –que solo concedería si se atienden a sus exigencias–, o su abstención si finalmente el líder del PSOE logra el favor de Coalición Canaria, algo que tampoco es sencillo.
Con este panorama, España se mantiene en un escenario de inestabilidad e incertidumbre que hace rememorar el curso de las legislaturas pasadas.
Precisamente Pedro Sánchez fue el primero en protagonizar la primera investidura fallida de la democracia. Fue exactamente un 4 de marzo de 2016, en el duodécimo debate que se producía en la Cámara Baja.
Impulsado por un pacto con el hoy desaparecido Ciudadanos, y pese a no contar con los apoyos necesarios garantizados, se presentó como candidato frente a un Mariano Rajoy que, precisamente, rehusó cumplir el encargo del rey al considerar que no contaba con los votos suficiente y sí con una mayoría firmemente en contra.
Entonces, el PP llegaba con los 123 escaños de las elecciones del 20 de diciembre de 2015, mientras el PSOE contaba con 90 y Ciudadanos con 40. Podemos, por su parte, sumaba 42.
Sánchez defendió en aquel momento la necesidad de “un nuevo Gobierno de cambio” y se aferró a esa causa, invitando a la adopción de “soluciones progresistas a los problemas” y a acabar con el mandato de Rajoy.
“Queremos un Gobierno de cambio, porque aceptamos acordar con otros partidos con diferentes ideologías a la nuestra y porque ningún Gobierno de cambio que defienda los intereses de una España unida, limpia y justa dejará de contar con nuestro apoyo”, manifestó durante el debate de investidura aquel 4 de marzo, en la segunda votación que, definitivamente, consumaría su primer fracaso.
Con la situación política del país sumada en el bloqueo, llegó la repetición electoral, que se produjo el 26 de junio de 2016. El PP, reforzado, obtenía entonces 137 escaños (14 más) frente a los 85 del PSOE (5 menos); un nuevo batacazo para Pedro Sánchez.
En este escenario, Rajoy se presentó, –esta vez sí–, a la investidura, pero el famoso ‘no es no’ del secretario general del PSOE le llevó al fracaso, tanto en la primera votación del 31 de agosto como en la segunda del 2 de septiembre de 2016.
Tras ocho meses en funciones, el líder del PP fracasaba en su intento de investidura y el bloqueo se perpetuaba en España, aunque no duraría mucho más, porque en octubre el popular volvería a intentarlo, logrando finalmente éxito en la segunda vuelta de este nuevo debate que se produjo el 29 de octubre de 2016.
Lo consiguió, de hecho, con la abstención del PSOE, después del famoso ‘cisma’ entre los socialistas tras su convulso Comité Federal, en el que Sánchez salió derrotado con el partido en manos de una gestora, la cual facilitó el Gobierno popular.
Pese a que todo parecía acabado para él, las primarias del PSOE volvieron a aupar a Sánchez, que contra pronóstico y siete meses más tarde, en mayo de 2017, se impuso a Susana Díaz con el respaldo de los militantes. Resurgía su figura y con ello comenzaba a fraguar ese sobrenombre de ‘Pedro el resistente’, con el que muchas veces se le ha llamado en un sentido u otro, y especialmente tras la publicación de su libro biográfico titulado ‘Manual de resistencia’.
Tras poner fin Mariano Rajoy a casi un año en funciones, su legislatura no se prolongaría demasiado. El 1 de junio de 2018 Pedro Sánchez, tras impulsar una moción de censura contra él, lograba el fin de su mandato, convirtiéndose así en la primera que se resolvía con éxito en toda la historia de la democracia en España. Un día más tarde, y tras resurgir como secretario general del PSOE, se convertía en presidente del Gobierno.
El escenario político cambiaba, pero la situación de España continuaba sumida en la inestabilidad. Tanto es así que el 28 de abril de 2019 el socialista, que pretendía agotar legislatura hasta 2020, se vio obligado a convocar elecciones anticipadas ante el rechazo del Congreso a sus Presupuestos.
Tras aquellos comicios, el PSOE venció con 123 escaños frente a los 66 del PP de Pablo Casado, que asumió el testigo de Rajoy, mientras Cs logró 57, Unidas Podemos 33 y Vox 24.
Fue tras estos resultados cuando se produjo el nuevo debate de investidura fallido de Pedro Sánchez, el segundo en su trayectoria y el tercero en la historia de la democracia.
Aquel 23 de julio de 2019 perdería una primera votación, para consumar la derrota posteriormente en la segunda el 25 de julio de 2019.
Una vez más, este contexto conducía al mismo camino: la repetición electoral.
El 10 de noviembre de 2019 se produjeron los siguientes comicios, los decimoquintos de nuestra democracia. El PSOE volvió a vencer con 120 diputados, mientras el PP solo alcanzó los 89, VOX 52, Podemos 26 y Cs 10.
El 5 de enero Pedro Sánchez se presentaba a la investidura y, tras perder la primera votación, vencería en segunda vuelta, con Unidas Podemos como socio y tras pactar con los partidos nacionalistas catalanes y vascos, convirtiéndose así en el primer presidente de un Gobierno de coalición junto a los de la formación morada, entonces liderada por Pablo Iglesias.
Entre gritos de ‘¡sí se puede!’, el dirigente socialista lograba así por primera vez el apoyo de la Cámara Baja. Resuelta el 7 de enero de 2020, esa fue la última investidura vivida en el Congreso de los Diputados hasta hoy, 26 de septiembre de 2023, cuando es Alberto Núñez Feijóo el que se sube a la tribuna ante un futuro incierto.