Luis Rubiales continúa en el centro del debate y la polémica. Tras su beso en la boca a Jennifer Hermoso y sus gestos en el palco durante la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, –con un comportamiento que ha conducido a la interposición de múltiples denuncias contra él y a la sanción disciplinaria de la FIFA, suspendiéndole temporalmente–, ahora se ha conocido que la Justicia, además, le ha obligado recientemente a duplicar la pensión de sus hijas por el “incremento sustancial” de sus ingresos en estos años.
Concretamente, a través de una sentencia de la Sección Décima de la Audiencia Provincial de Valencia, fechada en el pasado 19 de junio, a la que ha tenido acceso El Periódico de España y que también recoge EFE, se insta a Luis Rubiales a aumentar la cantidad de dinero que envía a su exmujer por la pensión alimenticia de las tres hijas que tienen en común.
Para ello, la Justicia sostiene que el de Motril, todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a la espera del desarrollo de la causa en el TAD o los posibles avances de la vía penal, multiplicó significativamente y de forma “sostenida en el tiempo” sus retribuciones, encontrando justificada la petición de su exmujer de revisar la cuantía de la pensión.
Concretamente, Luis Rubiales habría pasado de ingresar 97.237 euros como rendimientos netos de su trabajo en 2011 a 955.079 euros en 2020; un meteórico incremento que coincide con su llegada a la Real Federación Española de Fútbol en mayo de 2018 y su nombramiento como vicepresidente de la UEFA en mayo de 2019, justo un año después.
Ese 2020 cobró más del doble que en 2019 y más del cuádruple que en 2018. Sus ingresos, prácticamente, se multiplicaron por diez, lo que llevó a su exmujer, que se separó de él en 2013, a pedir una revisión de la pensión alimenticia. Él, sin embargo, rebatió la petición, y el litigio continuó en los tribunales.
Como informa EFE recogiendo esa sentencia, la Justicia, con todos los datos en su poder, obliga a Rubiales a aumentar la cuantía de esa pensión, aunque habría quedado actualizada en casi la mitad de lo que pedía la progenitora, pero en el doble de lo que pagaba él: de 400 a 800 euros por cada hija; una cifra muy lejana al casi millón de euros que cobró en 2020.
El de Motril interpuso un recurso ante una sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Llíria que ordenó que se tenía que hacer cargo del 100 % de los gastos extraordinarios de sus tres hijas, cuando hasta ese momento debía abonar 400 euros al mes por cada una y la mitad de esos gastos. Su exmujer, por su parte, pidió incrementar esa cantidad mensual hasta los 1.500 euros por cada hija.
Para determinar la cantidad que debe pagar, la sentencia de la Audiencia de Valencia apunta al "incremento sustancial del patrimonio", y destaca el modo en que se han elevado esas cifras: Luis Rubiales pasó de declarar 97.237 euros por rendimientos del trabajo en 2011, que fue la declaración sobre la que se estableció el primer convenio, a tener un rendimiento neto del trabajo de 955.078 euros en 2020.
Al amparo del artículo 147 del Código Civil, los magistrados señalan que ese “incremento tan acusado de las retribuciones" tiene que tener reflejo "en la cuantía de las pensiones de alimentos” y, por tanto, no acepta los argumentos esgrimidos por su defensa, que rechazaba elevar los pagos destinados a sus hijas por el "carácter temporal de los cargos que ostenta como presidente de la Federación Española de Fútbol, y como vicepresidente de la UEFA".
Contestando a eso, la sentencia subraya que se aprecia un "incremento sostenido en el tiempo, y creciente de sus ingresos" y añade que "en el caso de que sus retribuciones mengüen también con carácter duradero y de manera significativa, pueda interesar la reducción de su contribución alimenticia para sus hijas".
Con todo, cabría un recurso de casación por parte de Rubiales, para el que no dejan de crecer los problemas.
Las cifras hablan por sí solas. Desde 2018 a 2020, es decir, en apenas dos años desde que llegase al cargo como presidente de la RFEF, Luis Rubiales se embolsó 1,6 millones de euros por sus rendimientos de trabajo.
Al llegar a la RFEF se puso un sueldo bruto de 160.000 euros, pero ese salario no se quedó ahí: también incluía un porcentaje del 0,6 % de los ingresos por patrocinio de la RFEF, además de diversos complementos y una ayuda a la vivienda.
En 2019 declaró unos ingresos de 458.655 euros y al año siguiente, en 2020, se doblaron alcanzando los 955.078 euros.
A todo ello cabe sumar la causa abierta por un presunto delito de administración desleal tras trasladar la Supercopa de España a Arabia Saudí, lo cual también le procuró rédito.
Tras aquella polémica, en ese 2022 en que se contextualizan los hechos introdujo un nuevo cambio y su sueldo fijo quedó en 675.761 euros brutos, que sería el mismo que cobraba hasta su suspensión disciplinaria por parte de la FIFA. Además, incluía una ayuda también para la vivienda.