Elecciones generales 23J: ¿A quién beneficia el voto en blanco y qué pasa con los votos nulos?

La nueva cita con las urnas del domingo 23 de julio servirá para elegir a diputados y senadores que conformarán la XV Legislatura de la democracia. Los más de treinta y siete millones de electores no solo pueden decantarse por por algunos de los 75 partidos que concurren en las elecciones generales del 23J (solo seis de ellos lo harán en todas las circunscripciones) sino que también puede optar por votar en blanco o, incluso convertir su papeles en un medio de protesta lo que convierte su voto en nulo. Pero, ¿sabemos las diferencias y cómo afecta a los resultados electorales cada una de estas dos opciones?

Básicamente, la diferencia entre un voto en blanco y un voto nulo es que el primero sí se contabiliza para el resultado y el segundo, no. Veamos cómo.

¿Cómo afecta el voto en blanco a los resultados electorales?

El voto blanco se da cuando dentro del sobre no hay nada o, en el caso del Senado, cuando la papeleta que se mete dentro del sobre no señala el nombre de ningún candidato a senador. Según la actual Ley Electoral, esta clase de voto se considera válido, por lo que se suma a los votos obtenidos por las diferentes candidaturas para hacer el reparto de escaños.

Es aquí cuando entra en juego la ley d'Hondt, el sistema de cálculo proporcional utilizado en el sistema electoral español. Conforme a éste, en cada circunscripción se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el tres por ciento de los votos válidos emitidos (porcentaje que puede variar si las elecciones son generales o autonómicas, y en el caso de ser autonómicas, de en qué comunidad autónoma tengan lugar), por lo que al incluir los votos en blanco una candidatura necesita más votos para lograr escaño.

Para entender esto, es mejor utilizar un ejemplo: en una circunscripción imaginaria en la que ha habido 1.000 votos a candidaturas, 200 en blanco y 50 nulos, teniendo en cuenta sólo los votos a candidaturas un partido necesitaría 30 votos (el 3%) para conseguir un escaño, mientras que al tener en cuenta los votos en blanco requeriría 36 (el 3% de 1.200). 

Por lo tanto, en teoría, esta forma de voto desfavorecería a los partidos pequeños porque la misma ley d'Hondt les perjudica en las circunscripciones pequeñas. Sin embargo, Arias asegura que en la realidad ni beneficia ni perjudica porque no es común que los partidos se queden en el límite del tres por ciento de los votos.

Ahora bien, esta clase de voto tiene un significado claro: al igual que el voto nulo se considera "gamberro" y de enfado, el voto en blanco transmite la idea de que la persona está de acuerdo con el sistema electoral pero "no le satisface ninguna opción", según Arias. 

¿En qué consiste el voto nulo?

El voto nulo se produce cuando se realiza con un sobre o papeleta diferente del oficial, o si dentro del sobre se incluye algún objeto o símbolo 'de más' (por ejemplo, cuando el sobre contiene más de una papeleta de dos candidaturas --si las dos son de la misma, se considera un voto válido--), tal y como se recoge en el Artículo 96 de la Ley Electoral.

Un voto también es nulo cuando un sobre tiene solo una papeleta, pero está marcada más de una vez (o de forma errónea, como cuando se marcan cuatro nombres en una circunscripción que elige tres senadores) o cuando en el sobre hay algún objeto o frase que no debería estar ahí.