¿Pasar calor o miedo a terminar formando parte de una mesa electoral?: la mejor hora para votar el 23J

Millones de españoles están llamados a las urnas este 23 de julio. Unos comicios que se celebran en plena canícula, es decir, en la época más calurosa del año, con temperaturas medias de unos 33ºC en Madrid, 37ºC en Sevilla y prácticamente sin probabilidad de precipitaciones, según pronostica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El domingo, a partir de las 19:00 horas, Telecinco emitirá un especial informativo.

Muchos ciudadanos, más que nunca, han decidido votar por correo debido a encontrarse fuera de su domicilio habitual disfrutando de las vacaciones. Sin embargo, quien acuda personalmente a las urnas, buscará la mejor hora para hacerlo, debatiéndose entre si aprovechar el fresquito de la primera hora, pese al riesgo de ser reclutado para mesa electoral ante la incomparecencia de los asignados, o tomárselo sin tanta prisa e ir más tarde soportando las altas temperaturas.

La mejor hora para ir a votar el 23J

Los ciudadanos irán a depositar su voto con más de 35 grados centígrados en nordeste, centro y sur peninsular y Baleares. En estas zonas del país se podrán rozar el domingo los 40 grados que ya se alcanzaron a principios de semana debido a la tercera ola de calor.

Según la predicción de la Aemet, respecto a los tramos horarios, las temperaturas más frescas o menos calurosas se darán, como es lógico, al comienzo de la jornada.

De este modo, en la apertura de los colegios, a las 9:00 horas, registraremos entre 12 y 16ºC en el Cantábrico y en la meseta norte; de 18 a 22ºC en el resto del interior; y unos 25ºC a orillas del Mediterráneo.

Cabe destacar que el peor tramo para ir a votar, si hablamos del pico de calor, es el que va desde las 16:00 hasta las 18:00, que es cuando se registran las temperaturas máximas. Y, sobre todo, a partir de las 17:00 horas.

Eso sí, el valiente que espere a entonces para salir a la calle y acercarse al colegio electoral que le corresponda, lo hará con la tranquilidad de saberse libre y sin el riesgo de terminar el domingo contando papeletas.