Pedro Sánchez pidió 6 cara a cara con Feijóo, pero el líder del PP solo aceptó uno. Será a las 22.00 de esta noche en Atresmedia. El presidente del Gobierno y el líder del PP se enfrentarán en un duelo de 100 minutos que puede ser decisivo y tener impacto en el resultado final del 23J. Analistas consultados por NIUS señalan que podría mover más de un millón de votos aunque no todos en la misma dirección. En una campaña donde los partidos están priorizando la presencia de sus candidatos -especialmente el del PSOE- en los platós de televisión, la cita de esta noche está marcada en rojo en la agenda de los equipos de campaña.
Es la oportunidad de colar el mensaje en millones de hogares y de confrontar propuestas y modelos de país. Un choque directo buscado especialmente por Sánchez que parte como perdedor en todas las encuestas y saldrá al ataque para dar la vuelta a los sondeos. Feijóo es el aspirante y tiene asegurada la victoria el 23J según todas las encuestas, pero no puede cometer errores.
Sánchez ha despejado su agenda este fin de semana para preparárselo a conciencia. Le da la máxima trascendencia y lo fía todo al debate. Feijóo ha mantenido sus mítines de campaña. Para los dos es un escaparate que no es comparable con ningún otro. Los expertos coinciden en que puede ser el acto central de la campaña, donde no solo importa el debate sino el ánimo que se instala después en la opinión pública sobre quién ha ganado y quién ha perdido.
El politólogo Pablo Simón asegura que "un debate electoral suele mover de media entre el 4% y el 6% del voto". "Es un movimiento de flujos cruzados", es decir, que no todos van necesariamente en la misma dirección. Apunta a que teniendo en cuenta que los españoles cada vez deciden su voto más cerca del día de las elecciones, el impacto puede ser todavía mayor. El CIS de esta semana reflejó que un 22,8% se decanta durante la campaña electoral, un 6,4% en la jornada de reflexión y un 5,9% el mismo día de las elecciones.
Considera que el debate confirmará la tendencia que ya se está viendo en los sondeos de un reagrupamiento del voto detrás del PSOE y el PP. Simón destaca que es relevante en estos momentos la franja grande de indecisión que existe entre los votantes. Dentro del porcentaje de indecisos que ronda e 35%, uno de cada 5 duda entre PSOE y PP, entre un 12% y un 15% entre PP y Vox y casi un 30% entre PSOE y Sumar.
Para Verónica Fumanal, analista en comunicación y liderazgo, el debate no va a provocar trasvases de voto de un bloque a otro, pero si servirá "para espolear el voto útil y reforzar el presidencialismo de estas elecciones" en las que solo hay dos opciones de gobierno. Afirma que la izquierda puede activarse con un Sánchez que será "más persuasivo" y necesita levantar el ánimo de su militancia, mientras que Feijóo -con todos sus votantes "hipermovilizados"- puede hacer un cara a cara "de trámite" porque no lo necesita.
Las estrategias son diferentes porque parten de posiciones de partida muy distintas. "Feijóo es ahora mismo caballo ganador y tiene que intentar no cometer errores, mientras que Sánchez tiene que salir más al ataque", argumenta Pablo Simón. Subraya que el presidente del Gobierno tiene que superar una situación paradójica en la que sus políticas son más valoradas que él mismo como candidato. Augura momentos de "mucho voltaje" en esa doble dinámica en la que Sánchez irá al ataque para sembrar dudas sobre la capacidad de Feijóo mientras que el líder del PP tendrá que proyectar su perfil más presidenciable.
Fumanal vaticina que se verá algo parecido a los debates que han mantenido en el Senado este último año con los dos atacando "los puntos débiles del contrario". Sánchez venderá la gestión del Gobierno y meterá miedo con los pactos entre PP y Vox con la idea de que "en un ayuntamiento ese tipo de acuerdos es lesivo pero en el Consejo de Ministros puede ser la bomba". Mientras que Feijóo aparecerá como un "hombre serio, tranquilo y predecible" que presidirá "un Gobierno tranquilo".
Se hablará mucho de los futuros pactos y de los socios de cada uno aunque en el plató no estarán ni Vox, ni Sumar ni los partidos independentistas. "Su sombra va a ser alargada", predice Simón.
En Moncloa y en Ferraz están convencidos de que en el cuerpo a cuerpo el presidente del Gobierno siempre ha ganado al líder del PP en sus debates en el Senado. "Le ha barrido", repiten continuamente. El candidato socialista, además de vender gestión con los buenos datos económicos y los avances sociales que ha puesto en marcha para la "mayoría social" del país, meterá el dedo en la llaga de la principal debilidad que tiene ahora mismo Feijóo. Le reprochará que en los más de 100 acuerdos que ha sellado con Vox en ayuntamientos y comunidades autónomas se han producido "retrocesos" en derechos en temas tan sensibles como la violencia de género. Le presionará para que diga claramente si va a meter a Santiago Abascal en el Gobierno de la nación.
Feijóo, en una estrategia que está desplegando en todos los actos, explotará su imagen de que será un presidente para todos. Su objetivo es contrarrestar el miedo a Vox trasladando que su meta es gobernar en solitario si obtiene entre 150 y 160 escaños en el Congreso, una cifra que le otorgan algunas encuestas. Su línea de ataque a Sánchez, además de afearle el triunfalismo económico y su falta de credibilidad, serán los pactos con los independentistas de ERC y con Bildu. Feijóo sabe que ese asunto es el más incómodo para el presidente y el que más desgaste le ha generado, incluso entre los votantes socialistas.
El de este lunes será el séptimo cara a cara de la democracia entre los dos principales candidatos para dirigir el país. El primero fue hace 30 años. En 1993 se enfrentaron Felipe González, que aspiraba a revalidar como presidente del Gobierno, y el aspirante del PP, José María Aznar. González, que partía por detrás en la encuestas pero como favorito para el duelo, lo perdió según todos los medios porque minusvaloró a su adversario y no se lo preparó. En aquellas elecciones, que ganó el PSOE, se enfrentaron dos veces con una audiencia que rondó los 10 millones de personas.
El debate más visto de la historia sigue siendo el primero que mantuvieron José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en febrero de 2008. Más de 13 millones de espectadores, casi el 60% de cuota de pantalla. Fue el debate de "la niña de Rajoy" donde el popular acusó al presidente Zapatero de agredir a las victimas del terrorismo y negociar con ETA y él le replicó con las mentiras del PP en los atentados del 11M. El socialista ganó las elecciones.
En 2011 se produjo uno entre Rajoy y Rubalcaba centrado en la crisis económica. El PP consiguió en las urnas la mayoría absoluta de 186 escaños. El último fue en 2015 entre Rajoy como presidente y Pedro Sánchez como candidato socialista. La corrupción acaparó el debate y Sánchez espetó una frase que pasó a la historia: "El presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es". Un Rajoy muy enfadado le acusó de ruin (se equivocó y dijo ruiz) y mezquino. Ganó Rajoy pero no pudo acabar legislatura, la sentencia de la Gürtel se cruzó en su camino y Sánchez le presentó una moción de censura que ganó en 2018.