Quedan 24 horas para que España asuma a partir de este sábado la presidencia de la Unión Europea y tres semanas para las elecciones del 23 de julio que decidirán no sólo quién es el inquilino de La Moncloa. También si es Pedro Sánchez o es Alberto Núñez el que ocupa la presidencia semestral del Consejo Europeo.
Ambos coincidieron físicamente ayer en Bruselas aunque no se cruzaron. Por la mañana Sánchez se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz. Feijóo lo hizo con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Ambos se encargaron de trasladar a sus colegas europeos una visión diametralmente opuesta de la actual situación económica del país. Dos Españas distintas que nada tienen que ver si quien habla es el presidente del Gobierno o el que lo cuenta es el líder del PP.
Si Sánchez insiste en decir que la economía va "como una moto", Feijóo dice que es "mentira". Si Sánchez saca pecho por el buen dato de la inflación Feijóo se agarra a los datos de la inflación subyacente "incompatibles" con el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Si Sánchez presume de que España "es la economía que más crece" de la UE, Feijóo asegura que estamos "a la cola" del crecimiento en Europa. En lo único que ahora coinciden es en la reforma laboral. Feijóo por primera vez ha sido claro y dice que no la tocará salvo pequeños ajustes. Argumenta que Sánchez solo ha hecho pequeños cambios a la que fue la misma reforma laboral que aprobó Rajoy.
Pedro Sánchez llegó a Bruselas con los datos de la inflación debajo del brazo para presumir ante sus colegas europeos y reafirmar su política económica. Las cumbres del Consejo son uno de los ambientes donde más cómodo se siente el presidente del Gobierno y uno de los escenarios donde mejor se mueve. Lo de que la economía española "va como una moto" es el mensaje que repite el jefe del Ejecutivo cada vez que tiene oportunidad para reivindicar que las políticas que ha desplegado estos años han sido las correctas. Lo último: convertirse en el primer país de la eurozona que deja la inflación por debajo del 2%.
"Una extraordinaria noticia", afirmó. Recordó que hace un año por estas mismas fechas el dato era del 10,8%. "Un éxito de país", señaló el presidente, de la sociedad española, de las familias, de las empresas, de las industrias y también del Gobierno. Sostiene, eso sí, que su mensaje no es de autocomplacencia porque es consciente de las dificultades que tienen muchas familias españolas para llegar a final de mes.
A la misma hora Alberto Núñez Feijóo se reunía con sus colegas del PP Europeo ante los que se ha presentado con los galones de quien en 24 días puede convertirse en el nuevo presidente de la cuarta economía de la UE. Feijóo aseguraba que se "alegraba" del dato de inflación pero su efusividad ha llegado hasta ahí. El líder del PP prefiere poner el acento en la inflación subyacente "que sigue muy alta", denunciar la caída del poder adquisitivo de los salarios y el incremento de las hipotecas que según su propia lectura ha sustituido a los alimentos en la carrera del incremento de los precios.
"Escuchar al presidente decir que la economía va como una moto es una falta de respeto hacia la verdad, la realidad y hacia los ciudadanos", sentenciaba Feijóo.
"Si la economía española, en plena guerra con Ucrania, va como una moto creo que lo sensato, lo que nos aporta sentido común es no derogar aquello que funciona", decía Sánchez a los periodistas a su llegada a la reunión del Consejo. El presidente alertaba de que "derogar lo que funciona" puede provocar que la economía española "eche el freno" y a partir del 23 de julio se acaben las cifras de crecimiento económico, creación de empleo y control de los precios.
Esas son las tres claves que exhibe Sánchez para argumentar que todas las medidas que ha puesto en marcha su gabinete van en la dirección correcta y son las "adecuadas". Moncloa subraya que en un contexto enormemente complejo la economía española es la que más crece de la Unión Europea, crea empleo "como nunca" y controla los precios "como nadie".
Envuelto en datos de Eurostat, Alberto Núñez Feijóo, se empeña en llevarle la contraria a Pedro Sánchez, con una retahíla de malos datos que colocan a España como el segundo país con menor crecimiento económico de la UE -sólo por delante de Chequia-, con mayor incremento de deuda pública, el doble de paro de la media europea, y el tercer país de la eurozona con mayor déficit público. El gallego no está dispuesto a que Sánchez pretenda ganarle en su terreno y el que considera su mejor baza aunque en esta campaña electoral esté bastante desaparecida: el de la gestión económica.
"No ha ningún analista económico que pueda decir sin ruborizarse que la economía española va como una moto porque la economía española está a la cola del crecimiento económico de toda la Unión Europea", contraataca el líder popular dispuesto a desmontar el triunfalismo de Sánchez desde el mismo corazón de Europa. La conclusión para Feijóo es que todo lo que dice Sánchez es una "mentira".
Bruselas le sirve a Sánchez para presumir de que España es el país de la Unión que más fondos europeos ha recibido a pesar de las "zancadillas" que ha puesto el PP en las instituciones comunitarias, de que ha sido él quién peleó -también con la oposición de Feijóo- la "solución ibérica" que ha conseguido abaratar el precio de la electricidad y de que el impuesto a las grandes empresas ha sido una medida en cierta forma "copiada" por otros países.
El candidato socialista lleva semanas advirtiendo de que existe un "riesgo presupuestario real" para los fondos europeos si un nuevo Gobierno suprime medidas acordadas con la Comisión Europea como la reforma de las pensiones o la reforma laboral reclamadas de forma insistente por Bruselas. Para Sánchez, la eliminación de esas medidas tiene consecuencias directas en la llegada de los próximos desembolsos de fondos del Plan de Recuperación.
Para el líder de los populares esas afirmaciones no son más que "bulos". Si Sánchez y sus ministros llevan meses acusándole de "deslealtad" y de "falta de patrotismo" por criticar al Gobierno en Europa, Feijóo se la devuelve y denuncia que Pedro Sánchez se vale de su posición de presidente de España para criticar al Partido Popular en reuniones institucionales europeas. “Si gobernamos, están garantizados”, proclamaba.
En esa carrera contrarreloj por hacerse con el plácet de Bruselas, Feijóo se reunía con la presidenta de la Comisión Europea, entrelazaba manos, intercambiaba sonrisas con los líderes del PP europeo, y acumulaba reuniones bilaterales. Convertido ayer en la estrella ascendente del PP Europeo, el gallego también advertía de que peligran los fondos europeos, pero él esgrime que es porque el Gobierno "no ha cumplido" sus compromisos con Bruselas para 2023.
Es la foto de la economía española que dejan en Bruselas los dos aspirantes. Sánchez comenzará este sábado desde Kiev la presidencia rotatoria del Consejo, puede que la acabe Feijóo.