"Hoy en El Hormiguero, el presidente del Gobierno y el candidato del PSOE, Pedro Sánchez". Así recibía Pablo Motos al presidente del Gobierno a una de las entrevistas que más expectación ha generado en los últimos tiempos. 7 años después de que pisase por última vez ese plató y tras varias invitaciones no aceptadas, Pedro Sánchez ha vuelto a un programa que ha sido muy crítico con él. La presencia de Sánchez forma parte del desfile mediático del candidato socialista en la nueva estrategia ideada por Ferraz y Moncloa, también en medios de comunicación que no son cercanos ideológicamente al PSOE.
El objetivo de esa intensa agenda del presidente es apelar al voto útil, movilizar al máximo dirigiéndose a un público que está alejado de las posiciones socialistas y desactivar su mala imagen en algunos sectores. A menos de cuatro semanas para las elecciones generales del 23 de julio, Sánchez se la jugaba en prime time y en campo contrario. Superó la prueba y aprovechó la entrevista para reivindicarse y desmontar las acusaciones de 'sanchismo' que le lanza la derecha. Para él, una mezcla de "mentiras, maldades y manipulaciones".
Con una pulsera con la bandera LGTBI bien visible en su muñeca, Sánchez ha intentado durante todo el programa rebatir lo que él considera una "burbuja" que se ha hinchado estos años respecto a lo que implica el 'sanchismo' para no hablar de las propuestas concretas ni de la labor del Gobierno. "El malvado Sánchez" o "el monstruo de siete cabezas", se ha quejado el presidente. "Yo siempre he tratado de gobernar para la mayoría social de mi país", ha enfatizado.
Ha vuelto a quejarse de la desproporción entre la realidad sociológica del país -50% progresista y 50% conservadora- frente a la "opinión publicada", se ha defendido de los que le han criticado por convocar las elecciones un 23 de julio hablando de "fraude electoral", -"es una acusación muy grave", ha dicho el presidente, y ha justificado la fecha por la necesidad de que los españoles clarifiquen cuanto antes el rumbo que tiene que tomar España.
En clave electoral, se ha mostrado convencido de su victoria en las generales, "salgo a ganar las elecciones", y ha alabado la figura de Yolanda Díaz, la líder de Sumar, y "su compromiso democrático". Ante la comparación que ha hecho Pablo Motos entre la "extrema izquierda y la extrema derecha", Sánchez ha sido muy claro: "Yo no compararía a Yolanda Díaz con Santiago Abascal", ha proclamado ante los aplausos del público.
Respeto a las rebajas de condenas que ha provocado la aplicación de la ley del 'solo sí es sí', el presidente asume en primera persona "toda la "responsabilidad" por el error, sostiene que ha pedido disculpas a las víctimas y mantiene que lo importante es que que "cometimos un error y lo hemos resuelto" aunque también ha reconocido que se tendría que haber corregido "antes". Y a pesar de no querer cuestionar el trabajo de Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad, cuando se le ha preguntado sobre su cese ha asegurado que a pesar del as diferencias "públicas y notorias" siempre antepuso "la estabilidad institucional".
En ese contexto, ha recordado que se han aprobado 200 leyes en esta legislatura con la dificultad parlamentaria de no tener mayoría absoluta y tener que armar mayorías alternativas. Ha enfatizado que para sacar adelante un proyecto busca votos "debajo de las piedras".
Sánchez ha vuelto a defender su política en Cataluña y decisiones tan controvertidas como los indultos en aras a la convivencia. Eso sí, ha rechazado un referéndum de autodeterminación porque no lo permite la Constitución. Ha justificado sus cambios de opinión y rectificaciones, pero sostiene que no han sido mentiras. "Mentir es decir algo que no es cierto con intención de engañar", ha afirmado.
En ese punto se ha comparado con otros presidentes del Gobierno. Ha recordado que Adolfo Suárez dijo en su día que no legalizaría al PCE y después lo hizo o que Felipe González prometió que España no entraría en la OTAN y luego organizó un referéndum para entrar en la Alianza Atlántica. "Eso no es mentir, es rectificar". Para él, mentir fue lo que hizo el Gobierno de José María Aznar el 11 de marzo: "Saber que quien está detrás no es ETA y decir lo contrario".
El presidente ha cargado contra los pactos del PP con Vox en varias comunidades autónomas y ayuntamientos tras los resultados del 28M. Ha arremetido contra la retirada de las banderas LGTBI, una decisión "inaceptable" que cuestiona una conquista social y ha afeado a Feijóo que justificase el "divorcio duro" del dirigente de Vox en Valencia, Carlos Flores. "No hay divorcio ni duro ni blando, la violencia de género no se cuestiona nunca", ha subrayado Sánchez.
En el análisis que ha hecho el presidente, "Vox se hace más fuerte conforme el PP asume las tesis y las posiciones ideológicas de Vox". Ha descalificado a los perfiles que se han elegido para presidir algunos parlamentos autonómicos, entre los que hay hasta antivacunas. Se ha quejado de que se estén "abriendo puertas a un retroceso de 20 años".
Cuestionado sobre si facilitaría una investidura de Feijóo para que no dependiese de Vox, ha recordado que el PP no lo hizo cuando hace unos años tuvieron que repetirse elecciones por el bloqueo o el caso de Extremadura para concluir que la máxima de los populares es que solo piden esos acuerdos "siempre que gobierna el PP".