Como era de esperar, la convocatoria electoral para el 23 de julio, época de vacaciones para muchos, está disparando las solicitudes de voto por correo. 30.000 personas lo han solicitado en las primeras 24 horas desde que se abrió el plazo este martes, 30 de mayo, según informa El Periódico de España.
Esas 30.000 solicitudes triplican las que se hicieron para las elecciones de 2019, que tuvieron lugar un 20 de noviembre, cuando quien más quien menos estaba en su domicilio habitual.
El plazo para solicitar el voto por correo acaba el día 13 de julio y habrá tiempo para presentarlo hasta el día 19, aunque es probable que se amplíe unas horas, como se ha hecho en otras ocasiones, incluidas las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo 28 de mayo.
El voto por correo se puede solicitar de manera presencial, en las oficinas de correos, previa acreditación, o por internet, en la página www.correos.es.
Los plazos para la petición online son los mismos que para la solicitud presencial y también requiere una identificación como los certificados de persona física o el DNI electrónico.
Correos también ofrece la posibilidad de pedir una cita previa para la solicitud del voto en oficinas, a través de la app, la web de Correos o la Oficina Virtual. Para ello el elector tan sólo debe seleccionar la oficina disponible que tenga cita previa y, por último, elegir el día y la hora que más le convengan.
Las solicitudes recibidas se enviarán a la Oficina del Censo Electoral, que se encargará de remitir a los solicitantes la documentación necesaria.
Los envíos comenzarán el día 3 de julio y se dirigirán a las direcciones señaladas por los votantes, que pueden elegir el lugar donde prevean estar ese día.
Por el momento, el voto se podrá depositar sin que sea necesario identificarse, de modo que se puede pedir a otra persona que lo haga en nuestro lugar. Sin embargo, la Junta Electoral se está planteando hacer obligatoria esa identificación también a la hora de entregar el voto, como ya se hizo para los votantes en Melilla, de cara al 28M.
Esta decisión se tomó por el intento de fraude en la Ciudad Autónoma, donde una red organizada intentó comprar votos por correo. Una práctica que se denuncia en cada cita electoral, pero que nunca había tenido tanta resonancia, porque al final a Melilla se unió Mojácar y otras localidades donde se intentaron adulterar los resultados, aunque finalmente se frenó.