El domingo, apenas 15 minutos después del cierre de los colegios electorales, Yolanda Cabello ya sabía que era alcaldesa de Alique. Claro que en este caso no se necesitaba mucho tiempo para saber el resultado. En este pequeño municipio de Guadalajara solo están censadas 15 personas y la urna tenía 14 papeletas, 13 para su candidatura (en las listas del PSOE pero como independiente ) y un voto nulo. El otro partido que se presentaba, el PP, no consiguió nada.
"Votaron todos antes de las 12 de la mañana, solo faltaba el de uno que vive en Alemania", aclara la recién elegida nueva alcaldesa que, a sus 47 años, nunca había tenido, ni tiene, interés por la política.
Pero lo que sí tiene Yolanda es empatía con las personas mayores y un gran corazón: "Es un pueblo lleno de abuelillos y me contaron que si no se presentaba nadie se quedaban sin Ayuntamiento. Mis padres también son mayores y no me puedo imaginar que nadie se ocupe de ellos", cuenta. Y por eso esta embrióloga mallorquina, afincada en Madrid, no se lo pensó dos veces.
La idea de ser alcaldesa, eso sí, no se lo ocurrió a ella. En abril, pocos días antes de que se cerraran las listas, la llamó un concejal del PSOE de Pareja, un pueblo cercano donde Cabello tiene una casa a la que va casi todos los fines de semana. "Me dijo: "Tú que tienes estudios te podías presentar. No hace falta ni que te empadrones, ni que te afilies. " Yo había ido alguna vez a comer a Alique, al único restaurante que tienen, y me gusta como es, pero no sabía ni qué hace una alcaldesa", explica Cabello. Eso sí, una vez tomada la decisión decidió" tomárselo en serio" y se acercó al pueblo para conocer a los vecinos.
Allí estuvo hablando con Paulina, que a sus 90 años le dijo que está encantada con el médico que la trata, que es un señor que, aunque vive en otro pueblo, "se acerca a visitarlos en cuanto le llaman". También le contaron que no tienen servicio de limpieza municipal "porque aquí cada uno limpia su rinconcito". Y que en Alique tampoco hay supermercado, que los víveres los acercan los que tienen coche, y hacen el favor a los demás. "Quiero conseguir que el autobús de línea pase los miércoles por Alique y les lleve al pueblo de al lado que ese día tiene mercado", cuenta Cabello. Es una de sus primeras ideas, conseguir solucionar lo de los víveres, lograr mejor conexión a internet y tratar de que se abra más el bar-restaurante del pueblo. "Lo lleva Raquel, una madre con un niño pequeño, solo vienen los fines de semana y está muy bien el sitio. Se come fenomenal", comenta.
En Alique de momento tampoco hay colegio. Ni niños. "Al menos entre diario. En verano y los fines de semana se llena de niños, hay incluso padres que los dejan allí con los abuelos y se monta una buena. Se podría hacer algún campamento, y una piscina municipal", sueña Yolanda quien explica que es madre en solitario de una niña de siete años, concebida por reproducción asistida. "A Olivia le gusta mucho venir. Los pueblos son geniales para los niños. Si yo pudiera me venía a vivir aquí para siempre", explica. Aunque de momento para ejercer no es necesario que lo haga. "Creo que es en 15 días o así cuando ya tomo posesión. Me han dicho que, si no hay nada importante, los plenos son cada tres meses y que en mi trabajo no me pueden impedir venir porque es un cargo de función pública", aclara.
Y mientras llega ese día sigue pensando qué se puede hacer con mil euros que les da como presupuesto la diputación de Guadalajara. "Se va mucho en las fiestas, que son el tercer fin de semana de agosto. Me dicen que se quedan bailando hasta las cinco de la mañana con la discomovil" , explica la nueva regidora de Alique y, antes de despedirse confiesa que quizá no le costó dar el paso de presentarse porque "acaba de superar un cáncer de mama", y que cuando pasas por algo asi, "aprendes a valorar lo que de verdad es importante en la vida".