Los trasvases de votos entre los diferentes partidos mueven el tablero político de cara a las elecciones generales de finales de año aunque no alteran las sumas de los bloques de izquierda y derecha, la clave para conformar mayorías. La última encuesta del CIS del mes de mayo refleja que Vox consigue frenar la fuga de sus votantes al PP y que Sumar, la plataforma con la que Yolanda Díaz pretende reagrupar el espacio de la izquierda, sigue en ascenso. José Félix Tezanos la coloca ya como la tercera fuerza política con el 12,3% de estimación.
La vicepresidenta segunda sigue arañando votos al PSOE y a Podemos que bajan sus perspectivas electorales. Un 8,7% de los votantes socialistas que admite haber votado a Pedro Sánchez en las generales de 2019 dice ahora que cogería la papeleta de Sumar. Es un punto más que el mes pasado. La fuga es todavía mayor en Podemos. Hasta un 42,7% de votantes del partido liderado por Ione Belarra se pasaría ahora a Sumar. En abril ese porcentaje estaba en 36,1%, la subida ha sido de más de 6 puntos.
El partido de Santiago Abascal consigue parar la huida de sus votantes al PP de Alberto Núñez Feijóo. Llegó a estar en un 22,8% en marzo y en un 20,6% en abril. Ahora se sitúa en el 14,6%, la cifra más baja desde noviembre. En cualquier caso son datos que hay que tomar con cautela porque los encuestados que recuerdan haber votado a Vox son menos de los que le votaron en realidad en las urnas. Unos números que coinciden con los estudios de otras empresas privadas que constatan la resistencia de Vox en las urnas. La moción de censura fracasada de Ramón Tamames dio visibilidad al partido que tuvo el foco mediático durante dos días donde pudo exponer su argumentario. No hay una fuga masiva al PP como es el caso de Ciudadanos donde la mitad de sus votantes ya tiene decidido votar a Feijóo que es más valorado que la propia Inés Arrimadas.
El CIS hizo el trabajo de campo entre los días 3 y 8 de mayo con 4.030 entrevistas en 1.203 municipios repartidos en las 50 provincias. No había estallado todavía el caso de las listas de Bildu con la presencia de etarras que ha dado un vuelco a la campaña y está monopolizando el debate en esta primera semana. Está por ver el impacto de esa polémica en la intención de voto de la derecha y la izquierda y quienes son los perjudicados y los beneficiados en las urnas.
El foco se ha trasladado desde los anuncios sociales de Sánchez, en especial en materia de vivienda, a sus pactos con la izquierda abertzale. De lo que no hay duda es de que el PP va a seguir con su ofensiva contra el Gobierno hasta el último día de campaña mientras el PSOE, que ha visto trastocada su estrategia, intenta pasar página cuanto antes convencido de que a estas alturas que el PP saque a ETA cohesiona a su electorado y activa a los abstencionistas.
La desmovilización y la fuga de votos son las grandes inquietudes en el Comité Electoral del PSOE aunque sus dirigentes señalan que estaban percibiendo más implicación de su militancia en los mítines. El CIS otorga la victoria a Pedro Sánchez con el 29,1% de los votos, pero pierde apoyos respecto al mes pasado y su ventaja sobre el PP se reduce a dos puntos. Hace un mes era de más cuatro. El PP de Feijóo obtendría un 27,2% de estimación. Sumar sería tercera fuerza con el 12,3% de los sufragios, cuarta Vox con el 10,6% que sigue a la baja al igual que Podemos con un 6,1% de las papeletas. Ciudadanos se quedaría en el 2,3%.
Aumenta en un punto el trasvase de voto del PSOE al PP, un 6,4%. La fidelización del electorado socialista se mantiene en un 63,3%, muy por debajo del 76,6% de los votantes populares. En Génova creen que la polémica por la presencia de etarras en las listas de Bildu puede mover a militantes progresistas en algunas comunidades autónomas que están enfadados con Sánchez por sus pactos con la izquierda abertzale a lo largo de la legislatura.
A pesar de los movimientos entre partidos, con los datos del CIS en la mano los bloques se mantienen. Gana el de izquierdas formado por PSOE, Sumar y Podemos con un 47,5% de los votos y supera con holgura al de derechas con PP, Vox y Ciudadanos con una suma del 40,1%.
La encuesta llega en plena campaña para las municipales y autonómicas donde Yolanda Díaz no se presenta pero está haciendo equilibrios para hacer campaña por los candidatos de todas las formaciones que forman parte de ese espacio y que en varios territorios compiten entre sí. Sigue sin resolverse la gran duda que determinará el futuro izquierda, si Sumar y Podemos unirán sus fuerzas en una candidatura conjunta o irán por separado.
Incertidumbres y tensiones aparte, Díaz repite como la política mejor valorada por encima de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo. Los votantes de Unidas Podemos dan mejor nota a la vicepresidenta y a Íñigo Errejón, líder de Más País, que a Ione Belarra. El actual presidente del Gobierno es el preferido para seguir siendo el inquilino de La Moncloa para el 20,7% de los encuestados. También inspira más confianza Sánchez como jefe del Ejecutivo que Feijóo como líder de la oposición.
El barómetro certifica que la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los españoles y continúa escalando puestos. Cuando se pregunta a los entrevistados qué problema les afecta más personalmente en su vida cotidiana, la vivienda se sitúa en quinto lugar. Hace un año ocupaba el número trece en ese ranking y hace un mes era el décimo. Los jóvenes de entre 25 y 35 años, la franja de edad que tiene más dificultades para independizarse y encontrar una casa por los elevados precios de la vivienda, son los más preocupados.
Los datos coinciden con que el presidente Sánchez haya puesto en el eje central de su acción de Gobierno la política de vivienda con el goteo de anuncios para construir inmuebles públicos asequibles y el desbloqueo de la primera ley de vivienda de la democracia que por primera vez regulará los precios en las zonas tensionadas. Él y los candidatos socialistas insistirán en sus mítines en ese asunto a pesar de que Bildu se haya colado con fuerza en la campaña.