A falta de 26 días para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y con todos los actores políticos en plena precampaña la tensión se ha disparado en las ya complicadas relaciones entre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el Gobierno central presidido por Pedro Sánchez. Esta vez la chispa ha saltado por el protocolo de invitaciones al acto institucional del Dos de Mayo en la Real Casa de Correos para conmemorar el día de la Comunidad de Madrid.
Es el día grande para los madrileños y para su presidenta que no está dispuesta a que nadie le agüe la fiesta. Ha emprendido una guerra total contra el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, por su intención de acudir a esa ceremonia donde se reúnen representantes de todos los partidos políticos sin estar invitado. Desde que el Ejecutivo madrileño conoció la intención del ministro de estar presente en ese acto oficial dejó muy claro de forma pública y expresa que no era bienvenido.
Diferentes portavoces de Ayuso han reiterado en las últimas horas que si Bolaños se presenta esta mañana en la sede del Ejecutivo madrileño será "una provocación". Desde Moncloa se acusa directamente a la presidenta de buscar "pelea política" en su estrategia de confrontar permanentemente con el Ejecutivo central. El último enfrentamiento tiene como protagonista la recién aprobada ley de vivienda que la presidenta madrileña amenaza con no cumplir y recurrirla ante el Tribunal Constitucional ante los avisos de Sánchez de que la legislación se cumple en todo el territorio.
A pocos días de que se pongan las urnas, Ayuso marca su perfil más combativo contra Sánchez en busca de la mayoría absoluta que está al alcance de su mano en la mayoría de las encuestas para no tener que depender de Vox como en esta legislatura. La dirigente madrileña, que no ha invitado al presidente del Gobierno al Dos de Mayo, repite la misma táctica que ya utilizó en las anteriores elecciones autonómicas y que ha mantenido especialmente durante la pandemia: ir al choque directo y presentarse como la punta de lanza del PP contra el sanchismo.
El enfado del PP de Madrid contra Moncloa, en relación con los actos del Dos de Mayo, se inició porque el nuevo delegado del Gobierno, Francisco Martín, autorizó una manifestación de vecinos de San Fernando de Henares que protestan porque sus viviendas se han visto afectadas por la llegada del Metro. La concentración, en un primer momento, estaba prevista en la Puerta del Sol casi a la misma hora que la ceremonia oficial. Los populares pusieron el grito en el cielo y finalmente la protesta se ha trasladado unos metros a una calle cercana.
En ese contexto se hizo público que el Ministerio de la Presidencia preguntó vía mensaje a la Comunidad por los detalles del acto protocolario y por el lugar que ocuparía el ministro Bolaños en la Real Casa de Correos. A partir de ahí, el PP lanzó su ofensiva. Denunció que Bolaños se había "autoinvitado", que estaba alentando la manifestación contra la presidenta, que el PSOE y el sanchismo piensan que "las instituciones son suyas y pueden hacer lo que les dé la gana", que Bolaños tenía "muy poca vergüenza". Conclusión: si el ministro hace acto de presencia será "una provocación".
En las últimas horas la idea la subrayaba el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano. "Busca ser noticia", argumenta el dirigente popular que reprocha al ministro que "está en campaña", al igual que del delegado del Gobierno y todos los ministros del Ejecutivo. "En campaña permanente contra los madrileños", añadió.
La Comunidad de Madrid solo contempla que acuda al acto institucional la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ella sí ha sido invitada formalmente. También se cursó invitación a la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, que es la que tiene las competencias en relación a las comunidades autónomas pero, según el PP, "no ha querido" asistir.
Serrano establece diferencias entre los miembros del Gabinete de Sánchez y valora que es un "honor" que Robles acuda porque siempre ha respondido cuando se le ha pedido algo desde Madrid. "Para nosotros es perfectamente bienvenida, pero es que el señor Bolaños no está invitado. A mí me han enseñado que cuando a mí no me invitan a un sitio, yo no voy. A no ser que lo que quiera es montar lío. Yo no sé si eso es lo que pretende el señor Bolaños, una persona que quiero recordar que ha sido el responsable de que se alienten manifestaciones contra la presidenta precisamente en el 2 de mayo", denunció.
El Gobierno evita las palabras gruesas aunque acusa a Ayuso de querer convertir la fiesta de todos los madrileños en "una pelea política". La propia Isabel Rodríguez calificó de "lamentable" que la Comunidad "incluso en un día de fiesta y de confraternización" se dedique a confrontar con el Ejecutivo de España. Para Moncloa en este país están pasando cosas importantes que habría que celebrar como los avances en materia de empleo.
Rodríguez insistió en que el Gobierno de Sánchez estará representado en esos actos conmemorativos porque también representa a todos los madrileños. "Con carácter institucional, por supuesto que participará en ese acto", remarcó.
La polémica está servida porque Ayuso solo espera en el edificio de la Puerta del Sol a las personas que protocolariamente están invitadas de acuerdo "con las normas y los requisitos de protocolo tanto de la Comunidad como del Estado". ¿Qué pasará si finalmente Bolaños acude?. Es la gran duda. No parece que desde la Comunidad se vaya a dar con la puerta en las narices a un ministro, pero podrían hacerle esperar y colocarle en un lugar poco relevante.