La supuesta paternidad secreta de don Juan Carlos de una cuarta hija, según el libro King Corp, de José María Olmo y David Fernández, ha sacado a la luz anteriores polémicas sobre otras paternidades del monarca habidas fuera de su matrimonio con la reina Sofía. Los conocedores de los entresijos de la Casa Real han mostrado siempre su sorpresa por la "suerte" del emérito al que atribuyen numerosas aventuras sentimentales con diferentes mujeres. El caso es que la supuesta filiación de Alejandra no ha sido la única que ha llenado portadas. De sobra son conocidos los de Ingrid Sartiau y Albert Solà, aunque la periodista Pilar Eyre afirma que hay más.
El más conocido de ellos es Albert Solà, que defendió siempre ser el hijo primogénito de Don Juan Carlos I. Solá murió en octubre de 2022 en un pueblo de Cataluña. Siempre aseguró ser el resultado de una relación sentimental entre el rey emérito y una joven burguesa de la alta sociedad catalana, pero que fue dado en adopción a unos campesinos.
Solá acudió al Tribunal Supremo en 2015 para ser reconocido como hijo del emérito, con unas pruebas de ADN que señalaban una coincidencia del 99 % (unas pruebas realizadas en 2007 por orden del CNI), pero no se consideraron válidas y, finalmente, no se admitió su demanda de paternidad.
El supuesto hijo del emérito escribió unas memorias 'El monarca de la Bisbal' donde explicaba por qué afirmaba con tanta contundencia que era hijo de Don Juan Carlos I, todo un desafío a la Monarquía española.
El otro nombre que ocupó grandes titulares en la prensa española por declararse hija secreta de don Juan Carlos es el de Ingrid Sartiau. Esta ciudadana belga llegó a enviar una carta a la Casa Real en abril de 2013 en la que aseguraba tener "serias pruebas" de que el Rey Juan Carlos es su padre. Pero no solo eso, también negaba en ese escrito ser hermana de Solá que se considera el primogénito de todos los hijos del emérito ya que, según sus abogados" la prueba genética efectuada refleja que no son hermanos".
Sartiau aseguraba que la relación de don Juan Carlos con su madre habría durado desde 1956 hasta 1966 y que ambos se habían conocido en Bélgica, cuando el rey estaba de paso en casa de la familia Merod, en la que su madre trabajaba como gobernanta. También habrían mantenido diferentes encuentros sexuales en la Costa del Sol.
La demanda de Ingrid Sartiau fue rechazada por el Tribunal Supremo al detectar en su relato, entre otras cuestiones, numerosas contradicciones al haber asegurado también que en el programa "Un tiempo nuevo" de Telecinco que su madre y don Juan Carlos se habían conocido en Francia y que pocos años después se reencontraron en España donde dieron continuidad a la relación. En otra entrevista en TV3 reconoció que el acta notarial aportada era "bastante insuficiente".
Por todo ello, el Pleno de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo en 2015 acordó por siete votos frente a tres aceptar el recurso de don Rey Juan Carlos cerrando la vía al reconocimiento de la supuesta paternidad de Ingrid Sartiau.
El pasado de don Juan Carlos ha estado siempre en entredicho por periodistas expertas en la biografía del rey. es el caso de Pilar Eyre que en un vídeo publicado en su canal de YouTube se aventuraba a afirmar que el emérito habría tenido otros dos supuestos hijos antes de su matrimonio con doña Sofía en Grecia en 1962.
Eyre aseguraba tener documentados dos casos. El primero sería el de María José de la Ruelle, una mujer francesa que según dijo ella era fruto de la relación de don Juan Carlos (Juanito como lo denomina la periodista) con María Gabriela de Saboya.
De la Ruelle llegó a presentar una reclamación de paternidad en los tribunales franceses, que la admitieron por ver verosimilitud en todo. Eyre recuerda que Zarzuela llegó a pronunciarse sobre el caso calificándolo como "difamación". La experta concluye que el caso se habría cerrado gracias a un acuerdo extrajudicial.
El segundo nombre de esta lista es el de la condesa italiana Olghina de Robilant. Pilar Eyre cuenta que don Juan Carlos y esta aristócrata habría tenido una relación de cuatro años y que ella le habría asegurado unos días antes de su boda con doña Sofía que él era padre de su hija, nacida tras uno de sus encuentros.
Según el testimonio de esta mujer recogido por la periodista, la condesa habría asegurado que tras la confesión al monarca, este "cambió de actitud, de ser apasionado y de estar completamente loco con ella se enfrió, se echó hacia atrás y le dijo “¿No pretenderás endosármelo, no?”. Y ella dijo “no, no, no”, y lo dejó así bastante confuso de si era el padre o no lo era”.